Robert Boyer: “La pregunta que debemos hacernos es ¿cómo hacer para que los ricos sean menos ricos?”

El reconocido economista francés estuvo en Córdoba y participó en una charla sobre el impacto social de las finanzas. Explicó el origen del proceso de “financiarización” que afecta a las economías del mundo en las últimas décadas. Alertó sobre los riesgos del rumbo económico que viene tomando Argentina y consideró que el problema de fondo es político. “¿Por qué los argentinos no tienen confianza en su moneda? Porque no tienen confianza en su gobierno”, sintetizó. [29.08.2018]

Por Lucas Gianre
Redactor UNCiencia
Secretaría de Ciencia y Tecnología – UNC
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Días pasados se llevó a cabo en la ciudad de Córdoba una charla del “Café de la Ciencias”, un ciclo perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva de la Nación (MinCyT), que en esta oportunidad contó con la participación de la UNC, a través de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SeCyT).

El encuentro tuvo como invitado especial al reconocido economista y sociólogo francés Robert Boyer, uno de los fundadores de la Teoría económica de la Regulación, cuyo enfoque ha tenido una gran influencia en todo el mundo, dentro de las tradiciones que se oponen a las visiones ortodoxas de la economía.

Boyer, de 75 años, fue invitado especialmente a Córdoba para dictar seminarios y dar charlas en la UNC en el marco de las Jornadas Internacionales de Economía y Sociedad, organizadas por el Nodo CELFI que funciona en la Casa de Trejo, coordinado desde la SeCyT y financiado por el MinCyT.

Durante el “Café de la Ciencias”, compartió un diálogo con Julio Neffa, sociólogo de la UBA, y Esteban Torres Castaño, profesor de la UNC e investigador del Conicet.

Claves y momentos de la “financiarización”

El diálogo tuvo distintas intervenciones, pero Boyer se concentró especialmente en un proceso que vive la economía mundial en las últimas décadas: la “financiarización”. Con ese concepto se alude al poder estructurante que adquirió el capital financiero –bancos, organismos de crédito, fondos de inversión, entre otros– en las economías occidentales.

Dado que el tema de la charla cambió respecto del propuesto inicialmente, Boyer comenzó su presentación definiendo a la Argentina, con humor, como “la patria de la improvisación”, aunque luego trasladó ese diagnóstico al plano económico, ya sin chistes de por medio.

Boyer –investigador Asociado y miembro del Comité Científico en el Instituto de las Américas de París– comenzó preguntándose por qué los argentinos consultan diariamente la cotización del peso en relación al dólar estadounidense. “¿Cómo puede ser que el valor del peso argentino esté dirigido desde Wall Street?”, inquirió, para dar pie a la historia del origen del proceso de financiarización de la economía.

Hasta los años ’70, la economía de Estados Unidos tenía regulaciones sobre las transacciones financieras; había instrumentos como tasas de interés, controles de depósitos, y los bancos debían ajustarse al ahorro y la inversión a un nivel doméstico. Esto fue así hasta que los bancos de ese país decidieron tener mercados en dólares sin control de su banco central, lo que fue acompañado de un proceso de transnacionalización de sus empresas.

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“Después, las grandes empresas americanas decidieron producir ya no solamente en Estados Unidos, sino también en América Latina, Europa y Asia. Comenzó un proceso de deslocalización de su producción. Antes, en el antiguo modelo, el compromiso entre obreros y empresarios era que éstos se modernizaban y, por actualización de convenios colectivos de trabajo, los asalariados recibían un aumento de ingreso real con la progresión de la productividad”, explicó Boyer.

El fenómeno generó una expansión mundial de las empresas norteamericanas, que llevaron su producción a países con salarios mucho más bajos y en mercados con menos regulaciones.

La segunda etapa clave fue la apertura internacional para el ingreso de capitales. “Estados Unidos busca que cada país abra su cuenta de capital, para que se pueda entrar y salir sin ninguna condición y que los bancos internacionales optimicen su tasa de crecimiento”, agregó.

Esto genera que el valor de una moneda no dependa de su competitividad estructural, sino de los mercados bursátiles, sobre todo de los que operan en Estados Unidos. “Lo que ocurrió, silenciosamente, fue que la lógica financiera reemplazó a la lógica productiva”, sintetizó el referente de la Teoría de la Regulación.

“En Estados Unidos, si cae el valor de una empresa, se despiden empleados, pero no es por la ganancia productiva, sino por la valorización de la compañía. Toda la sociedad norteamericana funciona mirando Wall Street”.

Boyer encuentra un ejemplo del poder que adquirió el capital financiero en la crisis mundial de 2008, cuando se salvaron a grandes bancos pero no a las empresas, como Ford o General Motors. “Las mismas debilidades estructurales que crearon la crisis de 2008, están presentes en el sistema actual, pero como las élites organizaron la economía para que todo dependa de las finanzas, nadie lo está observando”, subrayó.

El tercer gran cambio y momento de este proceso, Boyer lo identificó en el hecho de que los Estados nacionales dependan del crédito externo. Fue también un proceso lento, con reformas marginales en las regulaciones, pero que no se detuvo y llevó a que las empresas productivas y los países dependan de la financiarización. “No fue un golpe. Fue un toma del poder progresiva”, sintetizó el experto.

Ahora, para el científico, “el poder financiero es como el genio de la lámpara de Aladino: lo dejaron salir pero no saben cómo meterlo de nuevo en la lámpara”, ilustró.

Boyer mencionó el famoso trabajo de su colega francés Thomas Piketty, que hace un análisis de la desigualdad económica y distribución de la riqueza en el capitalismo occidental. De allí surge un dato clave: la desigualdad en los últimos tiempos no ha sido significativa entre asalariados, sino entre asalariados y capitalistas.

“De tal modo, la pregunta que tenemos que hacernos no es cómo hacer para que los pobres sean menos pobres. No. La pregunta es: ¿Cómo podemos hacer para que los ricos sean menos ricos?”, subrayó Boyer ante la aprobación de los asistentes del Café de las Ciencias. El camino para lograrlo debe incluir el hacer compatible el crecimiento sostenido y la rentabilidad de los capitales. “Las finanzas no van a resolver la pobreza”, completó.

Argentina y el pragmatismo

A lo largo de su amplia trayectoria científica y profesional, Boyer se ocupó de estudiar los capitalismos latinoamericanos,al igual que distintas experiencias en Europa, Asia y Norteamérica, siempre recurriendo a estudios y enfoques que van más allá de lo económico.

De este modo, el economista francés entiende que las regulaciones y controles al capital financiero y la especulación no tienen que ver con ideologías de derechas o izquierdas. “Los controles tienen que ver con una idea de buen manejo, de ser pragmáticos, listos. Los economistas, más que ideólogos, tienen que ser pragmáticos”, apuntó.

A su vez, destacó que los instrumentos para regular y controlar el mundo financiero son muy sencillos de aplicar. El caso paradigmático es la Tasa Tobin, que implica un impuesto a las transacciones financieras. Pero hay muchos otros casos destacables según los países y en ese sentido Boyer destacó las experiencias en Chile o Suecia.

“Si se aplican controles mediante impuestos o retenciones, se acaban las crisis generadas por la especulación financiera”, afirmó.

Boyer también alertó sobre el proceso que se está viviendo en Argentina actualmente. “Es un peligro lo que se está haciendo, abriendo totalmente la cuenta de capital. Ya se vivió durante el gobierno de Menem: los capitales vienen y luego se van…”, sintetizó.

Para Boyer el problema de la Argentina es, en el fondo, político: “La Argentina tiene muy poco crédito, es uno de los más bajos del mundo. Y los argentinos no tienen confianza en su moneda. ¿Por qué sucede esto? Porque no tienen confianza en su gobierno. Entonces termina siendo una cuestión política”, señaló.

Y abundó: “Hay naciones que creen en su futuro, como China o la India. Argentina no cree en su futuro, como se pudo ver claramente en la crisis de 2001, con miles de personas poblando las embajadas para irse del país. La gran cuestión de la Argentina es la construcción de una nación. Así se puede organizar una regulación del capital financiero y obtener crédito de manera ordenada”, cerró el especialista.

Café de las Ciencias
La presentación de Boyer se realizó en el marco de una actividad titulada “El impacto social de las finanzas. Desafíos y teorizaciones originales para Latinoamérica”, llevada a cabo el pasado 23 de agosto en la Alianza Francesa, ubicada en el centro de la ciudad de Córdoba.
El “Café de las Ciencias” es un ciclo de charlas organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MincyT), en esta ocasión junto a la Embajada de Francia en Argentina, en colaboración con el Instituto Francés Argentino, la Alianza francesa y el Centro Cultural de la Ciencia. En esta oportunidad también participó en la organización la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba.
Robert Boyer | Economista de la Escuela de Regulación. Egresado de la Escuela Politécnica (l’X), Sciences Po y la Escuela Nacional de Puentes y Calzadas (ENPC). Director de Estudios en la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales (EHESS). Es autor del libro “Los Mundos de la Desigualdad”, entre otras obras.
Esteban Torres Castaños | Doctor en Comunicación por la Universidad Nacional de La Plata /Universidad Autónoma de Barcelona y director del Programa de investigación Teoría Social y Realidad Latinoamericana CIECS-CONICET-UNC.
Julio César Neffa  | Licenciado en Economía Política por la Universidad de BuenosAires. Es considerado uno de los principales referentes argentinos en el campo de la Sociología y Economía del Empleo y el Trabajo. Se desempeñó como Investigador Superior del Conicet en el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales, y como profesor en universidades nacionales de La Plata y de Buenos Aires.