Equipo de la UNC detectó bocavirus en pacientes pediátricos de terapia intensiva

Este agente provoca infecciones respiratorias en menores de 5 años. Fue identificado en 2005 por primera vez. Especialistas recomiendan tenerlo en el radar para hacer diagnósticos certeros y evitar el uso inadecuado de antibióticos. (12-09-2023)

Por Natalia Lazzarini
Redacción UNCiencia
Unidad Central de Comunicación Institucional – UNC

Un equipo de la Universidad Nacional de Córdoba investiga desde hace tiempo el “bocavirus 1”, un agente infeccioso que provoca enfermedades respiratorias en niños y niñas menores de 5 años, especialmente en lactantes. Puede producir neumonía y complicaciones a largo plazo.

Este germen fue identificado por primera vez en 2005. A pesar de haber sido descubierto hace casi 20 años, muchos aspectos se mantienen como interrogantes. El grupo de investigación utilizó técnicas de detección molecular (PCR) y así comprobó que es más que frecuente en pacientes pediátricos con un cuadro de infección respiratoria aguda.

“Es importante tenerlo en el radar porque provoca cuadros graves de neumonía viral. Saber eso nos ayuda a llegar a un diagnóstico diferencial y a reducir el uso de antibióticos”, explicó la investigadora Laura Beatriz Moreno, titular de la cátedra de Clínica Pediátrica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.

Este nuevo estudio publicado en la revista científica Diagnostic Microbiology and Infectious Disease revela que el bocavirus 1 puede provocar una infección respiratoria grave. En pacientes menores de 2 años internados en la terapia intensiva del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad se lo identificó en 28% de los casos.

 

Cómo es el germen

El bocavirus 1 integra la familia de los parvovirus, que también pueden afectar a animales. De allí deriva su nombre: bo (por ganado bovino) y ca (por canino).

“No es un virus emergente. Es nuevo porque lo identificamos hace poco pero ya existía. Después de numerosas series estudiadas sabemos que infecta el tracto respiratorio y puede hacer sintomatología, principalmente en niños y niñas”, explicó María Pilar Adamo, investigadora del Instituto de Virología José Vanella, de la UNC.

Su genoma está constituido por ADN (al igual que el adenovirus, que también produce infección respiratoria) y se considera “desnudo” porque no está envuelto por una capa lipídica, como sí tiene el Sars-Cov-2. Se estima que esta condición hace que permanezca más tiempo en el ambiente con la capacidad de infectar.

Al ser un agente relativamente nuevo, no existen métodos accesibles de detección y no se busca habitualmente.

En Argentina, tanto la neumonía como la bronquiolitis son dos eventos de notificación obligatoria. Los efectores de salud (públicos y privados) tienen que declarar los casos al Ministerio de Salud de la Nación, para poder establecer estrategias de vigilancia.

Detectarlo a tiempo

Todos los años, las Infecciones Respiratorias Agudas Bajas (Irab) provocan un aumento en la demanda de internación en pediatría y neonatología. Figuran además entre las cinco primeras causas de muerte infantil en Argentina.

Conocer qué agente provocó esa infección permite establecer el tratamiento. En el caso de los virus, lo más común son los apoyos de sostén, como la hidratación y la oxigenación. Con las bacterias, se administran antibióticos.

Habitualmente se realizan paneles respiratorios para establecer qué tipo de agente desencadenó la enfermedad. Mediante técnicas de inmunofluorescencia se identifican ocho patógenos, incluido el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), principal causante de bronquiolitis y neumonía en menores de 5 años.

Pero este método de detección comercial, que es accesible, no permite identificar el bocavirus 1. Al no ser identificado, puede formar parte del grupo de los casos “negativos” y se dificulta el diagnóstico.

Los investigadores recurrieron a la PCR, la técnica molecular que cobró protagonismo durante la pandemia de Covid-19.

Cuáles fueron los resultados

El estudio contempló una muestra de 141 pacientes menores de 2 años internados en la terapia intensiva del Hospital de Niños con cuadros de infección respiratoria. El período analizado fue de abril de 2021 al mismo mes de 2022. El promedio de edad de la población afectada se ubicó en los cinco meses.

El 80% de los casos tenía al menos un virus detectado. El Virus Sincicial Respiratorio se encontró en 71,6%, mientras que el bocavirus 1 se encontró en 28%. Cinco pacientes se habían infectado únicamente con el virus que estudia este grupo científico de la UNC.

“Fuimos haciendo diferentes análisis para detectar los virus. También analizamos las características clínicas y complementamos con estudios de imágenes, como radiografías”, agregó el investigador Gabriel Amilcar Boggio. 

El equipo confirmó que este agente se comporta muy parecido al Virus Sincicial. Afecta el sistema respiratorio y no suele desencadenar cuadros gastrointestinales. Al igual que el sincicial, se sospecha que podría exacerbar cuadros de asma o sibilancias.

“Provoca hipoxemias más o menos graves, pero no las complicaciones que sí generan algunas infecciones, como las de influenza, coqueluche o adenovirus. “Conocer que el paciente tiene bocavirus 1 contribuye al manejo terapéutico del bebé”, expresó Moreno.

Los desafíos que se vienen

Sostienen que se necesitan más estudios para conocer mejor cómo se comportan los virus respiratorios. Cada uno puede hacer un brote en distintos momentos del año, aunque en los meses de frío aumenta la circulación.

El descenso de la temperatura y la mayor permanencia de las personas en ambientes cerrados provocan un incremento de los casos. En invierno, la demanda de las terapias intensivas para menores de 5 años aumenta alrededor de 40%.

Los próximos desafíos son el desarrollo de tecnologías apropiadas. Existe un anticuerpo monoclonal que se podría utilizar para identificar al bocavirus en las secreciones respiratorias, pero la técnica debe probarse y estandarizarse.

Un método de detección más accesible también figura dentro de la lista de pendientes[1] . Por eso este grupo de investigación se propone  encontrar una técnica equivalente a la inmunofluorescencia en conjunto con el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC.

“Estamos haciendo estudios con el suero de donantes. Queremos saber si los anticuerpos presentes en la sangre nos sirven para detectar el antígeno del virus en la muestra respiratoria”, reveló Adamo.

Cuanto más rápido se llegue al diagnóstico, más certero será el tratamiento. Desarrollar ese sistema y comprender mejor el comportamiento de todos los virus respiratorios son los próximos desafíos en la era poscovid.

Estudio

El estudio se enmarcó en el Instituto de Virología José Vanella y la cátedra de Clínica Pediátrica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba. La muestra fue extraída de la terapia intensiva del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad.

La investigación fue publicada en la revista Diagnostic Microbiology and Infectious Disease.

Participaron Gabriel Amilcar Boggio, Laura Beatriz Moreno, María Belén Colazo Salbetti, Verónica Villarreal, Erica Torres y María Pilar Adamo.