Argentina frente al desafío tecnológico de producir baterías de litio

Con el horizonte puesto en concretar esta meta, la empresa Y- TEC –constituida por YPF y Conicet– está desarrollando líneas de trabajo coordinadas entre distintos grupos de investigación de Córdoba, Jujuy, Catamarca y La Plata. En este marco, ayer quedó inaugurado el primer Espacio de innovación Y-TEC en la Universidad Nacional de Córdoba, que tendrá sede en Famaf y articulará a científicos de esa unidad académica y de la Facultad de Ciencias Químicas. [09.03.2016]

Leandro Groshaus

Por Leandro Groshaus
Redacción UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
lgroshaus@unc.edu.ar

Como otras fuentes de energía, el litio se ha constituido en un actor estratégico en la búsqueda de alternativas para reemplazar a los combustibles fósiles. Su importancia económica también se vincula directamente a su utilización en la producción de baterías destinadas principalmente al mercado de las tecnologías de la comunicación, como teléfonos móviles, tablets, notebooks y también para el almacenamiento de energía de vehículos eléctricos.

El desafío de lograr el conocimiento necesario para producir localmente estas baterías está íntimamente ligado al hecho de que Argentina, junto con Chile y Bolivia, concentran actualmente la mayor reserva mundial de litio.  

Sin embargo, es indudable que la existencia de importantes recursos naturales no garantiza por sí solo el desarrollo de una nación. En el caso de la explotación de litio, la importancia estratégica de controlar todos los eslabones de la cadena productiva –desde la extracción del mineral en los salares de Jujuy o Catamarca, hasta la producción en serie de baterías– implicará un salto cualitativo. Este salto se plantea no solo en términos económicos y de formación de recursos y conocimientos de frontera tecnológica, sino también en la posibilidad cierta de que Argentina se posicione como un actor de peso en una actividad industrial de punta con perspectivas de desarrollo enormes en el mediano y largo plazo.   

En este marco se inserta Y–TEC, empresa conformada por YPF (51%) y el Conicet (49%), creada en 2012 con el propósito de brindar soluciones científicas y tecnológicas al sector energético y también formar especialistas para el desarrollo de la industria en América Latina, concentrándose en los sectores de petróleo, gas y energías renovables. De esta manera, pretende potenciar la industria nacional de hidrocarburos y diversificar la matriz energética del país, así como aportar al alcance del autoabastecimiento.

Entre sus líneas de trabajo, Y-TEC promueve la inserción de espacios de innovación en las universidades, con el objeto de acercar el sistema científico a las necesidades tecnológicas concretas de la industria energética e involucrar a los científicos en desarrollos aplicados. Asimismo, la iniciativa aspira a integrar en un mismo espacio a los más calificados investigadores del país y brindarles una nueva plataforma de formación profesional y el acceso al uso compartido del equipamiento más sofisticado disponible en la región. 

La carrera del litio

El martes 8 de marzo se inauguró en la UNC un Espacio de Innovación de la empresa Y–TEC, en articulación con la Facultad de Astronomía Matemática, Física y Computación (Famaf) y la Facultad de Ciencias Químicas, ambas de la UNC. La apuesta es potenciar el conocimiento que permita la producción nacional de baterías de litio.

En ese marco, Daniel Barraco, físico teórico de esta casa de estudios y uno de los responsables de las investigaciones sobre la producción de baterías de litio, comentó: “Esta aventura comenzó hace cinco años, a partir de la necesidad de encontrar fuentes de energía renovables que reemplazaran a los combustibles fósiles. El problema del almacenamiento de la energía siempre fue un gran dilema de la humanidad, porque cuando uno tiene energía necesita necesariamente transportarla de una manera viable. Esa búsqueda tuvo un cambio abrupto en el año 1991, cuando la empresa Sony creó la batería de ion-litio, que posibilitó, entre otras cosas, una reducción de peso y tamaño considerable de las baterías que hasta ese momento utilizaban los teléfonos y otros artefactos eléctricos”.

El desafío que presenta este escenario para Argentina no solo está vinculado a generar la tecnología necesaria para extraer el litio de su estado natural, sino también a proseguir con el encadenamiento hacia adelante de la industria para, en un futuro, ser potenciales exportadores de baterías.

El ingeniero Santiago Sacerdote, director de la empresa Y–TEC, detalla los principales pasos en este camino: “Llegamos hasta acá por el esfuerzo de personas individuales, después se sumaron instituciones y finalmente, empresas. Quienes nos entusiasmamos desde el principio con este desafío, sabemos que hay una razón de ser de este proyecto, que tiene que ver con la visión de que el país puede aprovechar su base científica para hacer tecnología, desarrollar un recurso natural, una industria, y con ello impactar en el desarrollo futuro de Argentina. Para esto era necesario unir distintos grupos de investigación existentes en todo el país, unir una empresa con la academia. Hay muchos hitos que festejar en este proyecto y en este acto, que viene a confirmar un camino que recorremos desde hace un tiempo. Lo que estamos haciendo no es fácil ni común, porque estamos haciendo un camino que no tiene antecedentes. Y todo parte de la hipótesis de que Argentina puede tener una industria de punta en la producción industrial de baterías de litio”.