Miguel Yacamán: “En ningún lugar del mundo el Estado puede financiar toda la investigación”

Miguel José Yacamán se formó y doctoró como Físico en la Universidad Autónoma de México (UNAM). Sin embargo, desarrolló su trayectoria académica y científica en una rama del conocimiento en la que distintas disciplinas se hibridan en un enfoque multidisciplinario: la Ciencia de Materiales.

Interesado por la estructura de la materia se convirtió en uno de los primeros en observar y estudiar nanoestructuras. Sus trabajos sobre la forma de nanopartículas metálicas y semiconductoras se convirtieron en referencia obligada en el campo de la nanociencia, así como sus descubrimientos sobre la interacción de nanopartículas de plata con el virus de VIH.

Recientemente, Yacamán estuvo en Córdoba para recibir el Doctorado Honoris Causa de la UNC y participar como conferencista plenario en NanoCórdoba 2012, foro regional sobre los últimos avances en nanociencia y nanotecnología que se desarrolló en la ciudad de Carlos Paz entre el 30 de septiembre y el 2 de octubre.

En ese marco, dialogó con Hoy la Universidad sobre el futuro de la ciencia de materiales y la importancia de que el desarrollo científico se concrete en relación a las necesidades de la sociedad. Es que, para Yacamán, no es posible distinguir entre ciencia básica y aplicada. En su concepción, existe la investigación relevante y la no relevante. “Lo que se debe hacer es investigación que resuelva los problemas. Eso no quiere decir que no sea fundamental o básica, pero debe hacerse sobre problemas importantes y sobre temas competitivos, donde esté la frontera del conocimiento”, sostiene.

Justamente sobre ese eje giró su conferencia en ocasión de la distinción Honoris Causa de la Universidad, en la que disertó acerca de las tecnologías que transformaron a la sociedad y el tránsito de la ciencia fraccionada y no aplicada, a la ciencia multidisciplinaria y conectada con lo social.

En ese contexto, Yacamán realizó un breve recorrido por la evolución de la Física y su relación con la Matemática y la Química a través de las últimas centurias. En el siglo XX, el encuentro e interacción de los conocimientos de estas tres disciplinas posibilitaron, a su parecer, no sólo la aparición de la primera computadora, sino también su progresivo empequeñecimiento. “Sin ellas, la ciencia de materiales no hubiera sido posible. Imagínese el cambio tecnológico que eso representó”, señala y agrega “Ahora, viene un cambio similar en la biología con el genoma, porque usted podrá saber qué enfermedades tiene o qué propensiones, y prevenirlas”.

No obstante, en su concepción, ésa no es la única línea posible para la biología en el siglo XXI, sino que pone en ella las expectativas de desarrollo futuras de la ciencia de materiales. “En este siglo la Física, la Química y la Matemática van a encontrarse con la Biología y vamos a entender algunos procesos físicos que manejan la vida. La formación de la vida, cómo las proteínas organizan cosas, entre otros.  Eso nos va a permitir, por ejemplo, continuar la regla de computadoras cada vez más poderosas. Pero sólo se logrará si entendemos cómo funcionan las proteínas y haciendo que éstas ordenen los chips. La Física ayudará también a entender esto”, sostiene.

Consultado por su parecer acerca de los peligros que podría encerrar un conocimiento tan acabado de las proteínas y su aplicación al desarrollo de supercomputadoras, o los usos que se podrían dar a la secuenciación del genoma,  expresa: “Todo tiene peligro y riesgos, pero no hay que tener miedo al progreso científico, porque además es inevitable. De la computación han salido cosas buenas. Obviamente ha tenido cosas malas, pero en general creo que el avance es algo que no se puede detener. Entonces, hay que buscar siempre orientarlo hacia la parte positiva”.

Ciencia, Estado e Industria

Yacamán se formó en la UNAM y realizó dos estancias posdoctorales, una en la Universidad de Oxford (Inglaterra) y otra en el Centro de Investigación Ames de la NASA (Estados Unidos). En México promovió la creación de varios grupos y centros de investigación, e inclusive llegó a dirigir el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Desde hace poco más de una década reside en Estados Unidos donde actualmente dirige el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Texas (sede San Antonio).

Como científico que se ha formado y desempeñado en distintos contextos, y bajo distintos modelos de ciencia y financiamiento de la misma, considera necesaria la incorporación de fondos privados para el sostenimiento de la investigación. “El Estado no puede financiar toda la investigación en ningún lugar del mundo. En los países más avanzados la industria financia la mitad de la investigación por lo menos, porque es imposible que el gobierno aguante todo”, aclara.

Para él, cuando el Estado afronta todo el esfuerzo se debe a que “la investigación todavía no impacta en la industria. Y eso está mal porque quiere decir que no tiene ninguna relevancia. Es lo que ocurre en México, o lo que pasaba antes en la India. Es necesario corregir eso”.

Por Mariana Mendoza | mmendoza@comunicacion.unc.edu.ar