Bilinkis: “El mundo cambiará de una forma mucho más extrema de lo que estamos acostumbrados”

“¿Sabías que la primera persona capaz de vivir mil años probablemente ya nació? ¿Y que no está tan lejos la posibilidad de reemplazar un órgano enfermo por uno artificial? La aceleración del avance tecnológico nos ubica hoy en un punto bisagra de la historia de la humanidad”. Con estas afirmaciones promociona su libro Santiago Bilinkis, el divulgador y tecnólogo que visitará la UNC para dictar un seminario en la Cátedra Abierta de Emprendedorismo de la Incubadora de Empresas. [22.04.2015]

Por Lucas Gianre
Redacción UNCiencia
Secretaría de Ciencia y Tecnología – UNC
lgianre@unc.edu.ar

Autodefinido también como “emprendedor serial”, Bilinkis asegura que el avance tecnológico está generando, en pocos años, una transformación mucho más profunda que la producida en los últimos cinco milenios.

La primera parte de su libro “Pasaje al futuro” está dedicada a lo que se viene: los desarrollos en biología sintética que alargarán la vida, la posibilidad de modificar el genoma humano y sus consecuencias, el “tuneo” del cuerpo, el desembarco de los automóviles autónomos, la inteligencia artificial y la “llegada de los robots”.

La segunda mitad desarrolla algunos ejes bajo la idea de “prepararnos para el futuro”. Analiza el modelo educativo y propone nuevas formas de aprender, para luego adentrarse en un tópico crucial: cómo será el futuro del empleo. Ese apartado concluye con una “guía para sobrevivir al futuro”.

Santiago Bilinkis es egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires. Estudió Economía en la Universidad de San Andrés, donde se graduó con medalla de oro. Asistió a la Singularity University en una sede de la NASA, en Silicon Valley (Estados Unidos). Allí estudió con prestigiosos científicos sobre inteligencia artificial, robótica, biotecnología, neurociencia y nanotecnología.

Antes de su visita a la Universidad Nacional de Córdoba, UNCiencia dialogó telefónicamente con él.

¿Cuál es la idea original del libro?

Hace muchos años que me dedico a divulgar cambios científico-tecnológicos, porque si bien la tecnología tiene mucho lugar en los medios, generalmente se muestra el último aparato que salió al mercado o si aumentó la resolución de la pantalla en un celular. Entonces trato de comunicar los hechos tecnológicos más importantes que no reciben mucha difusión. En el libro resumo estas experiencias e intento que sea de manera interesante, entretenida y relevante para cualquier tipo de lector.

¿Qué espera producir en el lector?

El libro tiene dos partes. “Conociendo lo que viene” y “Preparándonos para el futuro”. La primera, en cierta forma, “te vuela la cabeza”. Produce una sorpresa muy grande no con lo que va a pasar –porque no es un libro de futurología o de predicción– sino con lo que ya está pasando y que la mayoría de la sociedad desconoce. 

En el segundo tramo, apuesto a pensar cómo prepararnos hoy para que ese mañana nos agarre mejor parados. No espero que la gente vea al futuro como algo que viene dado por obra de otros o por el destino, sino como resultado de nuestras propias decisiones actuales. La idea sería que si como individuo o como sociedad nos lo proponemos, el futuro será como queremos. El objetivo del libro es convocar a la gente a construir un futuro. 

Pero al mismo tiempo hay un mensaje implícito que sostiene: “Este es el mundo que viene, debemos estar preparados”. ¿Usted lo pensó así?

Completamente. Aunque, repito, me cuido mucho de hacer predicciones. Yo me defino como tecnólogo no como futurólogo.  Trato de analizar el futuro, pero desde lo que se está haciendo en el presente.  El mundo cambiará de una forma mucho más extrema de la que estamos acostumbrados. El ritmo de cambio que se viene no se parece a nada que hayamos conocido.

Un ejemplo muy interesante se da en el campo laboral. Antes, tener “experiencia” era un aspecto muy valorado para encarar un empleo. Pero estamos en un mundo que cambia muy rápido. A quien no pueda revisar su experiencia, cambiar y adaptarse, este atributo se le convertirá en la peor carga, en algo negativo. Lo importante será –ya lo es– adaptarse rápidamente a los nuevos problemas que el mundo propone.

Eso está directamente relacionado a la educación, ¿cuál es su propuesta al respecto?

Desarrollé este tema esperando que fuera muy polémico y provocador, pero fue muy bien recibido por docentes y escuelas. En síntesis, sostengo que la manera en que se forman hoy a los chicos responde más a la educación del siglo XIX, que a la que necesitamos para el siglo XXI.

Hay muchos aspectos que cuestiono, pero uno está primordialmente relacionado con que históricamente se intentó que los chicos memorizaran, por ejemplo, cuándo y dónde nació San Martín, datos que cuando no existía internet eran difíciles de obtener, pero que hoy están al alcance de la mano. La consecuencia de esto es que se responden preguntas sin pensar. Se usa la memoria y no el razonamiento. Y al llenar la educación de preguntas fácticas, no solo no se les enseña a pensar, sino que les enseñamos a no pensar.

En el primer tramo, se enumeran una serie de saltos tecnológicos que impactarán fuertemente en la vida cotidiana de las personas ¿Cuál está más cercano?

Resulta difícil hablar de uno en particular. Pero de los cambios importantes que se vienen, el más próximo está relacionado con la aparición de autos autónomos. Eso está a la vuelta de la esquina. Tendrá mucho impacto en nuestras vidas, que quizás no son tan obvios. Y en un más largo plazo, aparece la biología sintética, es decir la posibilidad de tomar control y crear seres biológicos existentes, o incluso modificar el propio genoma humano y alterar nuestra especie. 

El futuro que usted describe gira en torno a la ciencia y la tecnología, y se pone el acento en la innovación como factor esencial de desarrollo de las sociedades. ¿Cuál es su opinión sobre los cambios en política científica que se vienen dando en el país?

Argentina tiene una extraordinaria tradición en ciencia básica y en los últimos años se fortaleció mucho. Pero no somos tan buenos en utilizar esos desarrollos para hacer ciencia aplicada o tecnología. Aquí se logran muchos hallazgos que conducen a que en otros lugares desarrollen aplicaciones científicas tecnológicas, que acá muchas veces no hacemos.

En Argentina, los científicos ven mal que la ciencia que desarrollan se transforme en un negocio. Tenemos muy buenos científicos y muy buen desarrollo en ciencia básica. Hoy en día, con el nivel de científicos que tenemos, estaríamos en condiciones de estar a la vanguardia a nivel mundial. 

En su libro, menciona que “probablemente la primera persona capaz de vivir mil años, ya nació”…

La extensión de la vida humana se ha mantenido por siglos. En este momento, algunos avances nos permiten pensar que podremos correr ese límite. Cuando se logre, envejeceremos más lentos. La muerte se alejará de nosotros a medida que nosotros nos acerquemos a ella.

La cuestión de fondo es el envejecimiento, no la cura contras las enfermedades. El deterioro que sufre el cuerpo por el mero hecho de vivir. El organismo no es perfecto y las mínimas imperfección se van acumulando; aunque uno sea sano, esas imperfecciones llevan a la muerte alrededor de entre los 80 y 85 años. Es la acumulación de pequeños desperfectos lo que te termina matando. Pero si logramos mejorar los mecanismos de reparación del cuerpo para que se mantenga a sí mismo de manera perfecta, dejará de importar hace cuanto tiempo estás vivo, porque el cuerpo se mantiene en un estado de relativa juventud. Y ahí sí vamos a ver si podemos vencer las principales enfermedades. En realidad no hay un límite, el número mil es arbitrario.

Perfil de un emprendedor
Santiago Bilinkis escribe artículos de divulgación para el diario La Nación y posee una columna en el programa radial “Basta de Todo” (Radio Metro). Tiene, además, una importante trayectoria como emprendedor.
Cofundó y dirigió Officenet, la mayor compañía de insumos para oficina de Argentina y Brasil; es socio fundador de Quasar Ventures, una generadora de empresas tecnológicas, desde las que contribuyó a crear compañías como Restorando y Avenida. Integró el directorio de numerosas organizaciones de la sociedad civil, incluyendo la Fundación Iniciativa, Endeavor, el CIPPEC y la Comisión Fulbright.
Recientemente fue distinguido como “Personalidad Destacada en el campo de la Ciencia y la Tecnología” por la Ciudad de Buenos Aires.
Disertación
Bilinkis disertará en la Cátedra Abierta de Emprendedorismo de la Incubadora de Empresas de la UNC el lunes 27 de abril, a las 18.30 horas.
Lo hará en el auditorio de la Facultad de Odontología (Haya de la Torre esquina Valparaíso). La entrada es libre y gratuita, pero con capacidad limitada.
Organizan la Incubadora de Empresas de la Universidad Nacional de Córdoba y Librería Quade.