En el marco de las jornadas Educando al Cerebro Córdoba, el próximo lunes 29 de mayo se presentará “El placer de ser hormiga”, la segunda obra de teatro científico del grupo Tacurú con el asesoramiento de los Jóvenes Investigadores en Neurociencias. Será a las 12.30, en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina. [24.05.2017]

¿El amor es como una droga? ¿El amor está en el corazón, en el cerebro o en los intestinos? ¿Qué pasa en el cerebro de los enamorados? ¿Los contextos condicionan nuestras relaciones?

Estas son algunas de las preguntas que aborda la obra de teatro científico “El placer de ser hormiga”, la segunda iniciativa del grupo Tacurú teatro con el objetivo de acercar el conocimiento a la sociedad y utilizar el arte como vehículo para difundir algunos conceptos científicos.

Luego del éxito de “Hormigas al poder”, que explicó el funcionamiento del cerebro en los procesos de memoria y aprendizaje, llega esta nueva propuesta que –desde una perspectiva neurocientífica– explica cómo el cerebro humano procesa el placer, el amor e incluso el uso de sustancias psicoactivas. 

El estreno tendrá lugar el próximo lunes 29 de mayo, a las 12.30, en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina (Haya de la Torre s/n, Ciudad Universitaria). La función se desarrollará en el marco de las jornadas Educando al Cerebro Córdoba 2017, destinadas al público en general y con entrada gratuita. El único requisito es inscribirse en las charlas a través de este formulario: https://goo.gl/forms/Ttp2jbTor9wc2kWA3

De insectos, teatro y jóvenes neurocientíficos

“El placer de ser hormiga” relata los hechos ocurridos luego de un derrumbe en el hormiguero. Las hermanas Bernarda y Federica, dos hormigas coloradas y guerreras, junto a su eterno aliado la cucaracha Gregorio, quedaron encerrados en su laboratorio. Entre túneles y circuitos elaboran un plan para conquistar a los humanos: estudiar el cerebro de los enamorados. Mientras buscan la salida, los insectos se verán enredados en historias de amor, poder y sustancias. Para concretar su plan, deberán encontrar una escapatoria, porque el destino de su especie y del planeta depende de ellos.

En el mundo científico, son cada vez más las iniciativas que aceptan el desafío de acercar el saber a la ciudadanía y a la cultura popular, con un éxito demostrado por la gran concurrencia a las distintas actividades propuestas. En esta línea de acción trabaja, desde hace algunos años, Tacurú teatro, un grupo interdisciplinario formado por científicos, comunicadores y actores.

“Encarar la segunda obra de teatro con temática científica es un gran desafío, pero nos motiva la necesidad de que la ciencia salga de los laboratorios, que podamos discutir con toda la sociedad algunos temas complejos como lo son el consumo de drogas, las diferentes situaciones de placer que atravesamos y la idea del amor con todo lo que implica”, cuenta la actriz Jimena Ghisolfi y agrega: “El teatro es el medio que encontramos para realizarlo, por su atractivo y su poder simbólico y real”.

Franco Mir, biólogo, actor e integrante del elenco de “El placer de ser hormiga” está convencido de que la ciencia y el arte son herramientas muy poderosas para transformar la realidad. “Es necesario que todos puedan apropiarse de estos conocimientos científicos. Para poder hacerlo, hay que explicarlos de una manera apropiada y más cercana a la vida cotidiana. Por eso nos propusimos, a través del teatro, dar a conocer las distintas líneas de investigación que se realizan en Córdoba. El conocimiento es poder, y es necesario que este sea accesible”, sentencia.

En cuanto a los conceptos científicos abordados en la obra, Mir explica que el principal es el circuito de recompensas, una serie de estructuras cerebrales presente en todas las especies, implicada en los comportamientos motivados (entre ellos la relación con sustancias psicoactivas). “También trabajamos sobre las hormonas y neurotransmisores que están involucrados en las sensaciones de placer y amor, siempre desde una mirada neurocientífica, pero sin dejar de lado la cotidianeidad”, detalla el biólogo.

Ghisolfi, por su parte, agrega que la idea es explicar el funcionamiento y la reacción de algunas áreas del cerebro con el consumo de sustancias. “Además, tratamos de dejar en claro la diferencia entre consumo y adicción; cuáles son las consecuencias ante una adicción, los condicionamientos del contexto ante el consumo de sustancias y la aproximación de esta situación con lo que  sucede en el cerebro de los enamorados”.

El asesoramiento científico de la obra estuvo a cargo de los Jóvenes Investigadores en Neurociencias (JIN) un grupo de estudiantes, profesores e investigadores provenientes de distintas unidades académicas de la UNC y de reconocidos centros de investigación de Córdoba, cuyo principal objetivo es promover el conocimiento científico y el pensamiento crítico en la sociedad.

Además, para poder llevar adelante la obra, los jóvenes actores y científicos cuentan con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la provincia de Córdoba, a través del subsidio Protri (Proyectos de Transferencia de Resultados de la Investigación y Comunicación Pública de la Ciencia) y con un subsidio del Fondo Nacional de las Artes.

Fecha de publicación: 24 mayo, 2017