“El científico siempre debe comportarse en forma ética, sin importar si se encuentra en tiempos de guerra o de paz”

La frase pertenece a Edith Valles, representante argentina y vicepresidente del Consejo Consultivo en Educación y Difusión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, entidad que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2013 y nuclea a 190 países. Valles disertará el viernes en Córdoba, en el marco de una jornada sobre el uso dual del conocimiento organizada por la Facultad de Ciencias Químicas. [01.09.2016]

Por Lucas Gianre
Redactor UNCiencia
Secretaría de Ciencia y Tecnología – UNC
lgianre@unc.edu.ar@unc.edu.ar

El conocimiento científico, desde sus orígenes, fue aplicado en el campo armamentístico y militar. La invención de la pólvora podría considerarse el primer antecedente. Luego vendrían innumerables desarrollos, incluyendo la bomba atómica o los actuales aviones no tripulados de guerra.

Los armamentos basados en compuestos químicos tuvieron su auge en la Primera Guerra Mundial y siguen siendo hasta hoy una amenaza cada vez más peligrosa para la humanidad. Es por ello que desde mediados del siglo XX se fueron creando marcos regulatorios y prohibitivos de desarrollo de armas químicas. Con el tiempo, los controles y campañas de concientización se fueron orientando hacia el campo científico, dado que es desde aquí donde surgen los desarrollos que pueden ser utilizados con fines letales.

La Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la Universidad Nacional de Córdoba organiza por segundo año consecutivo la jornada sobre “Uso Dual del Conocimiento: responsabilidad social de científicos y profesionales”. Se llevará a cabo este viernes 2 de septiembre y tendrá un espacio de presentación audiovisual sobre el uso histórico de las armas químicas, aspectos regulatorios nacionales e internacionales y toxicología. Además será un espacio para reflexionar sobre cuestiones éticas del trabajo profesional y científico. Las inscripciones se realizan de manera on line en esta página.

Invitada especialmente por la FCQ,  el encuentro contará con la presencia de Edith Valles, representante argentina y vicepresidente del Consejo Consultivo en Educación y Difusión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), entidad a la que pertenecen 190 países y que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2013.

Especialista en toxicología, Valles ocupa también el cargo de asesora técnica en la Dirección de Acuerdos Internacionales del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa, dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación.

Antes de su visita a Córdoba, UNCiencia entrevistó por correo electrónico a la especialista.

¿Cuál es el alcance de lo que se denomina “arma química”?

Un arma química puede ser una sustancia tóxica o sus precursores, o las municiones y dispositivos para liberar estas sustancias. También se considera a los equipos destinados para emplearlas. La definición puede incluir cada ítem por separado o todos juntos.  Mientras que “sustancia química tóxica” –según la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas–  se considera a las que, por su acción química sobre los procesos vitales, pueda causar la muerte, la incapacidad temporal o lesiones permanentes a seres humanos o animales. Quedan incluidas todas las sustancias, cualquiera que sea su origen o método de producción y ya sea que se produzcan en instalaciones, como municiones o de otro modo.

¿A cuáles sustancias se refiere?

La clasificación que más se utiliza es la basada en los síntomas que producen los agentes químicos. Primero se los divide en tóxicas e incapacitantes. La diferencia entre ambas es que las primeras necesitan mucha menor dosis para producir un efecto letal.

Efectos de los agentes tóxicos en el organismo

Efecto de los agentes tóxicos en el organismo


¿Qué tipo de insumos son potencialmente riesgosos?
Los precursores químicos, equipamiento y la tecnología asociada. Es por ello que la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas lista en sus anexos una serie de precursores cuya comercialización debe ser regulada y en algunos casos, prohibida. (ver aquí). Por otra parte, el Grupo Australia, que es un grupo informal de países –del que Argentina es miembro desde 1993– estipula directrices de control de exportaciones con el fin que precursores químicos, equipamiento y tecnología tengan un estricto control de exportaciones para evitar el desvío y de esta forma, que actores no estatales puedan tener acceso a ellos. De esta manera, los insumos necesarios para sintetizar armas químicas poseen un estricto control de transferencia y comercialización.

Desde un laboratorio científico ¿se podría desarrollar un arma química?

Se puede, claro. A pequeña escala en un laboratorio, o a gran escala en una planta química. Por eso en Argentina está totalmente prohibido, ya que se estaría violando la ley 26.247 y el artículo 189 bis del Código Penal.

¿Qué expectativas tienen con los talleres que se realizan con científicos como el que se realizará en la UNC?

Concientizar sobre el hecho que el conocimiento que manejan, los materiales, el equipamiento y las tecnologías que utilizan son de naturaleza dual, por lo cual todos ellos tienen una aplicación netamente pacífica pero si existiera la intención, podrían ser utilizados con fines ilícitos. De allí la importancia de que conozcan los alcances de la Convención sobre las Armas Químicas y lo que esta implica. Con este fin fue creado en 2016 el Consejo Consultivo sobre Educación y Divulgación (ABEO – Advisory Board on Education and Outreach), en el seno de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas. En este consejo es donde ejerzo la vicepresidencia desde este año.

¿Se apela a los valores éticos de los científicos?

Considero que la educación y la divulgación son la base para concientizar a los científicos y a los académicos sobre el camino correcto a seguir en cuanto al desarrollo pacífico de la ciencia y la no proliferación de armas de destrucción masiva. Muchas organizaciones científicas que nuclean a profesionales de la Química en distintos países han adoptado códigos de conductas o directrices éticas, pero no siempre haciendo hincapié en la naturaleza dual de las ciencias. Por ello, y teniendo en cuenta este último aspecto, un grupo de expertos entre los que se encontraban algunos miembros del Grupo Temporario de Trabajo sobre Educación y Difusión (que antecedió al ABEO), al que perteneció Alejandra Suárez de la Universidad Nacional de Rosario, redactó las Directrices Éticas de La Haya. El objetivo es que estas directrices sean adoptadas por todos los Estados Partes de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ).

¿Cuáles son las normas regulatorias más importantes en nuestro país para evitar el desarrollo de armas químicas?

La Argentina es signataria de la Convención sobre las Armas Químicas y la aprobó a través de la ley 24.534 de 1995, y la implementó en el ámbito interno con la ley 26.247 de 2007. Por Decreto del Poder Ejecutivo 920/97 se estableció la Autoridad Nacional prevista en la propia Convención. La Convención sobre las Armas Químicas es un tratado internacional por el que se prohíbe el desarrollo, la producción, el almacenamiento, la transferencia y el empleo de armas químicas, y se dispone además la destrucción de estas armas en un plazo de tiempo específico.

¿Cómo entran en estos marcos regulatorios los intereses militares de los países que desarrollan líneas de investigación y creación de tecnologías científicas para ser aplicados en armamentos?

En la actualidad, así como lo expresa el artículo I de la  CAQ, se encuentra totalmente prohibido el desarrollo de armas químicas. Sólo es permitido por la CAQ realizar desarrollos que hagan a la defensa de los países, nunca con fines ofensivos. Esos desarrollos pueden incluir trajes protectores, antídotos, detectores o cualquier otro elemento que haga a la defensa del país en cuestión. Por ello la CAQ a través de su sistema de verificación asegura que no se desarrollen este tipo de armas en el mundo.

El químico y premio Nobel Fritz Haber, cuyos desarrollos sobre síntesis de amoníaco permitieron la fabricación de fertilizantes pero como así también de explosivos durante  la Primera Guerra Mundial, dijo alguna vez: “En tiempo de paz, un científico pertenece al mundo; pero en tiempo de guerra pertenece a su país”. ¿Qué reflexión tiene usted sobre esta definición?

La frase a la que haces alusión, normalmente es considerada en los cursos en donde se analizan los aspectos éticos del comportamiento científico en relación armas químicas. El científico siempre debe comportarse en forma ética por lo que  no importa si se encuentra en tiempos de guerra o de paz. Siempre debe actuar en beneficio de la humanidad y del medio ambiente aplicando los principios éticos más elevados siendo responsable de que las ciencias químicas no sean utilizadas con fines ilícitos.