Argentina tendrá su cuarto observatorio astronómico de investigación óptica
Ser uno de los lugares con el 93 por ciento de noches despejadas al año podría no tener ningún sentido para el común de la gente, pero para los astrónomos –quienes se dedican a investigar el universo y sus fenómenos, esta es una variable fundamental a tener en cuenta a la hora de instalar un observatorio.
Tolar Grande, ubicado en la Puna salteña a 360 km de la ciudad de Salta, es ese lugar al que la naturaleza dotó de las condiciones atmosféricas óptimas para la observación del cielo la mayoría de las noches del año, y al que también contribuyó el escaso desarrollo urbano de la región para que se conservara ajeno a la contaminación lumínica.
Allí, en el cordón del Cerro Macón –a 4.650 metros sobre el nivel del mar– hace más de una década comenzaron los estudios del equipo científico del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (IATE) para caracterizar el sitio y conocer la “calidad” del cielo. Lo hicieron con la idea de que el lugar fuera seleccionado por el Observatorio Austral Europeo (ESO por sus siglas en inglés) para instalar el telescopio óptico/infrarrojo más grande del mundo, con un espejo reflector primario de 42 metros de diámetro, el European Extremely Large Telescope (E-ELT), al que algunos dieron en llamar “El Ojo de la Tierra”.
Barajar y dar de nuevo
Finalmente, en 2010 la ESO decidió instalar el E-ELT en territorio chileno. No obstante, los científicos del IATE aprovecharon el trabajo que desarrollaron durante una década, así como la infraestructura financiada por la ESO, para proveer a la Argentina de un nuevo observatorio astronómico destinado a la investigación óptica (línea clásica en la Astronomía basada en la observación de la luz visible de los astros). La virtud de este lugar radica en su excelente calidad de cielo y mayor número de noches despejadas en comparación con los complejos astronómicos El Leoncito (San Juan) y Bosque Alegre (Córdoba), con un 65 y un 50 por ciento de noches despejadas al año, cada uno. El tercer observatorio abocado a la astronomía óptica es el Félix Aguilar, también la provincia de San Juan.
“Entonces decidimos colocar más infraestructura y hacer un proyecto argentino con colaboración internacional”, cuenta Diego García Lambas, científico del IATE y director del Observatorio Astronómico de Córdoba.
Además, con el propósito de desarrollar la infraestructura turística en Tolar Grande y potenciar el sitio astronómico, gestionaron un subsidio del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (Cofecyt). Esos fondos sumados a aportes del Conicet y la Universidad –alrededor de 600 mil pesos–, fueron destinados a la construcción del observatorio y al montaje de un centro de interpretación que posee, en principio, conocimientos de Astronomía, pero que prevé la incorporación de aportes de la Biología y la Geología propias de la región.
Así, en octubre de 2011 se comenzó con la colocación del edificio sobre el cerro, a unos metros del lugar original de observación –sobre la ladera Este– para buscar refugio de los fuertes vientos de la región, el único y principal obstáculo a la observación astronómica en el lugar. La edificación fue realizada en cemento premoldeado y la obra culminó en marzo de este año con la colocación de una cúpula giratoria que, según García Lambas “es fácilmente automatizable con poco dinero”, y fue prevista con una apertura lo suficientemente grande como para albergar un telescopio de 1.5 metros de diámetro.
Telescopio y proyectos
“Con el edificio y la cúpula terminados ahora llegan los proyectos”, afirma García Lambas al tiempo que agrega que “la idea es juntar esfuerzos para que tengamos proyectos de relevancia en la puna salteña”.
Con esta meta el IATE está en tratativas con Brasil para iniciar acciones de cooperación y crear el Centro Argentino-Brasilero de Astronomía. En el marco de esta iniciativa a la que denominan ABRAS (Argentina-Brasil) se está gestionando la compra de un telescopio y el desarrollo de proyectos binacionales.
Por otra parte, está el proyecto TOROS (Transient Optical robotic telescope of the south) que el IATE desarrollaría en principio con la Universidad de Texas y al que se podrían sumar el Caltech (California Institute of Technology) y otros centros astronómicos internacionales. “En este marco está la posibilidad de armar un telescopio de operación robótica que detecta efectos transitorios de objetos celestes particulares" señala el científico y aclara que Texas lidera la investigación astronómica orientada a la búsqueda de ondas gravitacionales “una predicción de la teoría de la relatividad y que serían efecto del colapso de estrellas o de agujeros negros”. TOROS aportaría también un telescopio.
Con estos planes en carpeta y otros de menor envergadura, como la búsqueda de objetos próximos a la tierra (basura espacial, asteroides), Tolar Grande deja de ser un punto en el mapa de la Argentina para convertirse, en un futuro no muy lejano, en un centro astronómico de excelencia internacional.
Por Mariana Mendoza | mmendoza@comunicacion.unc.edu.ar
Esta entrada no tiene categorías.Fecha de publicación: 29 junio, 2012