Gabriel Rabinovich, nuevo miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos
La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, una institución que congrega a los científicos más relevantes y de mayor impacto en todo el planeta, anunció la incorporación de Gabriel Rabinovich, que cursó sus estudios de grado y posgrado en la Universidad Nacional de Córdoba.
Rabinovich nació en Córdoba (1969) y a los 19 años, luego de haber viajado un año por el extranjero, comenzó la carrera de Bioquímica en la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC. Actualmente es investigador del Conicet, profesor titular en la Universidad de Buenos Aires y dirige los laboratorios de Inmunopatología (Ibyme) y de Glicómica Funcional (UBA). Es Doctor Honoris Causa de la Casa de Trejo.
En una entrevista realizada por UNCiencia tiempo atrás, contó que un momento clave en su carrera universitaria se produjo cuando realizó una práctica profesional en el Hospital de Niños. “Ahí empecé a ver el sufrimiento real de la gente, niños que fallecían por tumores, madres y padres desesperados. Y me dije: ‘Tenemos un solo paso por esta tierra, quiero hacer investigación que sirva’. Ahí pensé investigar en inmunología y cáncer”.
Efectivamente, su formación se encaminó en esa dirección, con muy buenos resultados. Fue becario de la Fundación Antorchas y completó su doctorado en Londres con el apoyo del British Council. En 1999 regresó al país para rendir su tesis doctoral. Aunque tuvo varias ofertas en el exterior (Estados Unidos y Gran Bretaña), decidió volver al país movido por sus afectos.
Sus estudios permitieron identificar un nuevo paradigma basado en la interacción entre galectinas y glicanos en la homeostasis inmunológica y el diseño de nuevas estrategias terapéuticas en enfermedades autoinmunes y cáncer. Los resultados tuvieron gran impacto internacional: fueron reflejados en más de 150 publicaciones en revistas líderes (como Nature Medicine, Nature Immunology y Cancer Cell) y resumidos en ocho patentes.
De su paso por las aulas de la UNC, recordó el respeto que tenían y cómo esperaban las clases de profesores prestigiosísimos, como Alberto Maiztegui, o Vicente Macagno. En esa línea, destacó el compromiso y profesionalismo de las personas que lo formaron en Córdoba.
