Blogs, laboratorio de escritores tras la crisis del 2001
En los primeros años de la década del 2000, el uso del blog se impuso entre los escritores argentinos, especialmente entre los de la nueva generación, que hoy tienen entre 35 y 45 años. Lo diferencial del formato fue su doble condición de espacio personal y relacional, lo que permitió usarlo como ámbito de pruebas de escritura y como lugar de vinculación y difusión. [04.03.2015]
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
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Si bien hacia fines de la década la mayoría de los escritores había abandonado el mantenimiento de sus bitácoras virtuales, las consecuencias del fenómeno se hicieron sentir en el panorama de la producción literaria nacional. En el marco de su trabajo para el Doctorado en Estudios Sociales de América Latina del Centro de Estudios Avanzados de la UNC, Diego Vigna relevó más de 20 blogs de escritores argentinos consagrados o en vías de consagración.
El estudio, de carácter exploratorio, partió de ciertos interrogantes: qué publicaron los escritores en sus blogs, qué relaciones es posible encontrar entre esos autores, sus textos virtuales y sus obras editadas en papel, y por qué y para qué decidieron mantener periódicamente esos sitios.
El punto de partida tuvo que ver tanto con la indagación sobre el encuentro entre el lenguaje poético y el lenguaje técnico –la irrupción de las nuevas tecnologías en el campo de la producción literaria–, como con una mirada sociológica sobre la problemática. A Vigna no le interesaba indagar en las subjetividades de los autores, sino analizar el vínculo entre la producción individual y el medio como soporte y contexto, como condicionante y posibilidad.
En ese sentido, es importante observar que el contexto de aparición del blog es simultáneo a la reformulación del campo intelectual y literario, a causa de la crisis estructural que atravesó Argentina a fines de 2001. “Frente al desmadre económico, la fuerte contracción y concentración del mercado editorial, la búsqueda de nuevos medios de expresión y de producción, y las consecuentes alternativas de difusión –sobre todo para los nuevos– pasaron por Internet y los soportes digitales. Cuanto más difícil fue acceder a crear un libro, más se multiplicaron los proyectos personales y colectivos en el medio digital. El fenómeno blog creció empujado en mayor medida por autores jóvenes en busca de visibilidad y dio lugar a formas alternativas de circulación y promoción, así como a nuevas y fragmentarias rutinas y posibilidades de lectura”, explica el investigador.
El autor del estudio relevó los espacios y categorizó los contenidos publicados: prosa (producida para el blog o reproducida desde la obra en papel), contenidos ajenos y textos marginales (producidos para presentaciones, por ejemplo). Después definió perfiles de uso: el blog como diario, como espacio de comunicación, como espacio de apuntes o de prueba para la obra que se escribe en papel, como archivo o antología personal, como instrumento de prensa, como obra de ficción, como revista personal o portal cultural.
La utilización que más llamó la atención en relación al trabajo cotidiano de los escritores fue la del espacio de pruebas, el blog como lugar de experimentos narrativos. “Tiene que ver con asimilar un nuevo formato, nuevas rutinas y ver cómo funciona eso en relación a lo que les interesa a los escritores, que es probar. Eso parece que tuvo un auge, pero después declinó”, apunta Vigna.
Esos experimentos narrativos formaron parte de la aparición de nuevas variantes de escritura, relacionadas con las posibilidades del formato.“Se rompió la relación clásica de la ficción entre la historia y la simbología de la escritura, como dice Josefina Ludmer1, y por esos movimientos, y por la naturaleza del medio, el presente pasó a ser el terreno donde todo sucede, y desde el que se escribe”, explica Vigna. Y agrega: “Hubo algunos rasgos de cambio evidentes –que fueron asimilados por esa generación–, que no constituyen una novedad, sino más bien una reactualización. Se exacerbó el yo, la crónica del presente, el entorno, se reactualizó el uso del formato diario, es decir, lo autorreferencial encontró una nueva manera de aparecer”.
El e-book como legado
Más allá de esta aparición de nuevos rasgos narrativos, Vigna resalta que una de las verificaciones del proceso de investigación es que, si bien las nuevas tecnologías cumplieron algunos papeles preponderantes en relación a la visibilidad y a cuestiones ligadas con los mecanismos de legitimación del campo literario, no fueron decisivas desde el punto de vista de un cambio de paradigma de producción, ni desde los autores ni en el mercado editorial. El libro en papel como último destino sigue siendo central, tanto en las expectativas de los autores como en la dinámica de la economía editorial. Pero sí dejó consecuencias, a las que el investigador se refiere como “pequeñas inflexiones”. «Pequeñas por ahora, porque quizás se profundicen más adelante», aclara.
La aparición del e-book o libro electrónico es una de ellas. “Es algo que toma las herramientas del universo digital para tratar de producir una alternativa editorial. Pero está a la mitad porque el e-book simula ser un libro: está maquetado como un libro, es una continuación variando el soporte”, explica Vigna.
Otra de estas inflexiones se relaciona con la difusión. “Hubo un cambio en las estrategias de vinculación. Es algo que inauguraron los blogs y que continuaron todas las plataformas digitales de intercambio, intercambio entre comillas, porque no parece haber un intercambio real, experiencial, si en algún momento lo hubo y estuvo bueno, pasó de moda”.
Justamente, para el investigador es central que la cuestión de la visibilidad haya cobrado una gravitación casi exclusiva para explicar la declinación del blog. “Pareció ser el destino mayor de todo, la cuestión de la mostración. Y si eso es lo más extendido, el blog dejó de tener eficacia”. Pero Vigna elige hablar de “abandono” del formato en lugar de “muerte”, y resalta que entre las cosas que dejó, el blog “dejó la puerta abierta”.
Fecha de publicación: 4 marzo, 2015