Volcanes en Córdoba: inactivos, pero beneficiosos para la industria

En Pocho y Sierra de los Cóndores, al noroeste de la capital provincial, existen dos complejos de volcanes. Hoy extintos, ambos tuvieron diferentes orígenes y desplegaron gran actividad en diferentes momentos: el primero, hace cinco millones de años, y el segundo, hace 120 millones de años. Investigadores de la UNC estudian esas estructuras geológicas para reconocer las características que tuvo el paisaje cordobés en ese pasado lejano e identificar los recursos naturales que generaron. ¿Su legado más importante? Las reservas de materiales que actualmente se utilizan ampliamente en la construcción. [27.07.2017]

Por Pablo Carrizo
Redactor UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
pablo.carrizo@unc.edu.ar

En la provincia de Córdoba hubo una actividad volcánica muy próxima, en tiempos geológicos, a nuestra época.

Los volcanes cordobeses más jóvenes datan de aproximadamente cinco millones de años atrás y algunos habrían sido imponentes. Si se tiene en cuenta que la erosión desgasta poco menos que un milímetro por año, se estima que algunos de esos volcanes podrían haber alcanzado una altura de hasta 3.000 metros sobre el nivel del mar. Para dimensionar su tamaño, basta un dato: el cerro Champaquí –el punto más alto de la actual geografía provincial– alcanza los 2.884 metros sobre el nivel del mar.

En la actualidad, todos los volcanes que estuvieron activos en Córdoba están extinguidos. Según diferentes estudios geológicos, existen dos campos volcánicos en el noroeste de la provincia: el de las sierras de Pocho –al este de la localidad de Salsacate– y el de Sierra de los Cóndores, que se extiende aproximandamente entre las localidades de El Pungo y Despeñaderos.  

Campo volcánico de las sierras de Pocho

Federico Dávila, doctor en ciencias geológicas y miembro del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Cicterra), del Conicet, dialogó con UNCiencia sobre la actividad volcánica que tuvo la provincia de Córdoba.

¿En qué se diferencian los agrupamientos volcánicos de las Sierras de Pocho y de la Sierra de los Cóndores?

Los volcanes de las sierras de Pocho y Los Cóndores no solo estuvieron activos en momentos diferentes de la historia geológica de Córdoba, sino que se emplazaron a lo largo de dos zonas de debilidad o sistemas de fracturas diferentes. Las rocas fundidas, los fluidos y gases que circularon a través de estos dos sistemas de fracturas fueron también muy diferentes.

Los volcanes de Pocho aparecen asociados al sistema de fallas geológicas del oeste de Córdoba. Estos se componen de rocas de composición intermedia (calcoalcalina), y la más común se denomina andesita. Estas rocas derivan de la fusión de dos tipos de materiales. Por un lado, los que se acumulan en la trinchera oceánica –que representa el límite entre placas, hoy ubicada cerca de la costa chilena– y son transportados en profundidad a través del hundimiento de una placa oceánica (más densa y pesada) por debajo de otra placa continental (más liviana). Y por el otro, la misma corteza oceánica, mientras se encuentre hidratada. Este proceso de hundimiento de placas se conoce en la literatura como subducción.

En Argentina, la subducción más importante ocurre entre las placas de Nazca y la Sudamérica (ver gráfico). Este material, fundido desde la placa oceánica “introducida” por debajo de Sudamérica, asciende por la corteza, formando cámaras o reservorios de magmas que pueden conectarse a través de sistemas de fracturas y formar volcanes en superficie. Por lo general, los volcanes generados por este proceso son muy agresivos y explosivos por su alto contenido de gases, con emisión de materiales (bombas y cenizas) que en ocasiones llegan a cientos de kilómetros de distancia. En síntesis, según la composición, podemos decir que los volcanes de Pocho se formaron en un escenario geológico donde había subducción.

Perfil de las sierras de Pocho.

¿Es común encontrar volcanes tan lejos de los Andes?

El evento volcánico de Pocho aparece muy lejos de la trinchera oceánica, a más de 600 km. Esto es algo bastante inusual. Por lo general, los cinturones de volcanes relacionados con subducción aparecen a no más de 200-300 km de la trinchera o límite de placas. ¿Por qué aparecen los volcanes de Pocho tan lejos en territorio cordobés? La respuesta es la geometría de la subducción. En la actualidad estudios geofísicos muestran que la placa oceánica de Nazca entre los 27º y 33º de Latitud Sur se hunde por debajo de Sudamérica casi horizontalmente, alzando la región de Córdoba. En otras regiones de Argentina, este hundimiento de placa tiene un ángulo entre 30˚ y 45˚. Esta diferencia de ángulos hace que la fusión de materiales ocurra más o menos lejos de la trinchera.

Los volcanes de las Sierras Chicas, de 100 millones de años aproximadamente, aparecen asociados a otro sistema de fallas geológicas que hoy se desarrollan al oeste de la provincia, en las sierras homónimas. Los aparatos de estos volcanes no han sido aún encontrados y su existencia se presume a partir de un conjunto de rocas volcánicas que fueron encontradas entre El Pungo y Despeñaderos.

Estas rocas volcánicas se denominan basaltos, son de composición básica (alcalina), ricas en sodio y potasio, y se forman a partir de la fusión de otra roca que se encuentra fundamentalmente en el manto terrestre, las peridotitas. Estos fundidos tienen un origen profundo y se generan a más de 1200˚C. Es decir, a diferencia de  Pocho, los basaltos de las Sierras Chicas indican una conexión directa entre la superficie y una de las capas más interna de la tierra.

En general, estos volcanes son menos violentos y menos explosivos, debido a que contienen menos cantidad de gases. Suelen aparecer en zonas donde se rompen las placas tectónicas y en puntos calientes. El ascenso de estos magmas pueden formarse lejos de los márgenes de un continente. Un claro ejemplo son los basaltos de Serra Geral en Brasil, parcialmente expuestos en Misiones. Estos volcanes basálticos se relacionan con la separación de Sudamérica de África, fragmentando el supercontinente de Gondwana durante el Cretácico.

¿Qué nos dicen los volcanes de Córdoba de nuestro pasado?

Ambos episodios volcánicos de Córdoba nos permiten imaginar geografías y paisajes distintos.

Los de Pocho fueron activos en tiempos geológicos muy próximos a la actualidad. Es por ello que se asume que la orografía, clima e incluso vegetación hayan sido bastante semejantes a la actualidad. Los volcanes estaban activos, las lavas muy viscosas y poco móviles, mucha explosividad y agresividad, con nubes ardientes y expulsión de bombas y cenizas a varios kilómetros de distancia. Podríamos imaginarnos paisajes semejantes a los volcanes andinos actuales. También sabemos, por los travertinos que aparecen en la zona de Las Playas, que zonas pantanosas circundaron los volcanes de Pocho, alimentadas por fluidos hidrotermales calientes, derivados del evento magmático.

El paisaje y los volcanes cretácicos de la zona de la sierra de los Cóndores se presume que habrían sido semejantes a lo que hoy podemos apreciar en el este de África. Esto queda demostrado por la existencia de una serie de estratos sedimentarios intercaladas con los basaltos volcánicos. Estos estratos son yesos, areniscas y arcilitas rojas con grietas de desecación, que evidencian paleoclimas áridos. La orografía fue, probablemente, una extensa planicie con escaso relieve. A diferencia de Pocho, estos volcanes fueron mucho menos agresivos y dominados por efusión de mantos y canales de lavas más fluidas, similares a las efusiones que actualmente ocurren en las islas Hawai. Todas estas caracteristicas se relacionan con un continente fracturandose y generando fallas que permitieron la conexión del manto profundo con la superficie.

¿Qué nos dicen los de volcanes de Córdoba sobre nuestro futuro?

Dar un pronóstico sobre el futuro volcánico de Córdoba, como de cualquier proceso geológico, es algo difícil y, de hacerlo, sería muy especulativo. En la dinámica del planeta intervienen diversos procesos y variables, la mayoría de ellas parcialmente conocidas y algunas otras desconocidas. Ese es nuestro desafío como investigadores: contribuir en este sentido.

Pero sí podemos afirmar que nuestro presente ha sido beneficiado con la existencia del volcanismo y volcanes que existieron en la historia geológica de Córdoba. Saber que estos procesos llevan mucho tiempo y que no necesariamente pueden volver a ocurrir, nos ayuda a tomar conciencia de que debemos cuidar nuestros recursos y explotarlos con responsabilidad y conciencia.

Los volcanes cretácicos pueden asociarse con un estadio metalogenético de formación de metales, vinculado con la apertura del Atlántico. Este formó depósitos de manganeso y flúor en vetas. En sí mismo, los basaltos cretácicos emitidos por estos volcanes han servido como materia prima para la construcción de caminos y de vías ferroviarias. 

Durante el ciclo más jóven se formaron manifestaciones de oro epitermal. Las rocas volcánicas del campo de Pocho también son de gran importancia para la industria de la construcción, los travertinos, por ejemplo. Cerca de la localidad de Serrezuela (en El Quicho), al norte de los volcanes de Pocho, se han encontrado recientemente manifestaciones hidrotermales (39,2° C). Aunque se han propuesto varias teorías de su potencial origen, estas aguas calientes podrían estar relacionadas a la existencia de paleo fuentes termales asociadas con el volcanismo de Pocho y, particularmente, con la formación de los travertinos de Las Playas.

La presencia de estos volcanes también nos ayuda a entender la dinámica de las placas y su relación con otros procesos relacionados con la formación de volcanes. Aunque es difícil predecir la formación de futuras fajas volcánicas en Córdoba, estudios geofísicos magnetotelúricos, que permiten escanear las capas de la tierra a gran profundidad, han sugerido niveles conductividad geoeléctrica más elevada. Este registro se detecta llamativamente por debajo del centro-este cordobés, donde hoy la placa oceánica cambia su geometría de horizontal a vertical, y podría interpretarse como una zona con fusión parcial de rocas a 250 – 400 km de profundidad.  

Sobre Cicterra
El Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Cicterra) es una Unidad Ejecutora (UE) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), que realiza investigación básica y aplicada en el amplio campo de las ciencias de la tierra.
El Cicterra desarrolla tres grandes campos de investigación que pueden ser sintetizados en las siguientes líneas:

Dinámica de la Litósfera-Astenósfera | Procesos que gobiernan la movilidad litósferica, tanto en sentido horizontal como vertical, incluyendo las reconstrucciones paleogeográficas, la formación de orógenos, la formación y reciclado de la corteza continental y generación de topografía (relieve y cuencas).

 Variabilidad climática y procesos geo-ambientales | Procesos sedimentarios y geoquímicos de baja temperatura. Estudios paleoambientales. Geología del Cuaternario. Recursos hídricos y cambio climático. Aportes científicos a problemas ambientales: procesos naturales y antrópicos. Geomicrobiología. Contaminación. Riesgo geológico. Remediación.

Evolución de la diversidad biológica | El registro fósil como herramienta para establecer las relaciones temporales y evolutivas de los organismos y comprender la vinculación causal entre los cambios ambientales, climáticos, geográficos y los eventos bióticos.

 

Fecha de publicación: 26 julio, 2017