“El sistema universitario nacional es negacionista y no valora la identidad indígena”

Entrevista a Verónica Azpiroz Cleñan | La politóloga y referente mapuche habla sobre la invisibilización de los pueblos indígenas en la academia, como parte del tratamiento histórico que el Estado argentino ha tenido hacia las comunidades que habitaron originalmente el territorio nacional. [01.06.2023]

Por Candela Ahumada
Redacción UNCiencia
Unidad Central de Comunicación Institucional – UNC
candela.ahumada@unc.edu.ar

En Argentina, los pueblos indígenas son invisibles en las estadísticas, la producción de datos y las políticas lingüísticas. Y la academia y el mundo universitario no parecen quedar fuera de esa omisión. No hay órganos de representación de pueblos originarios en ninguna universidad nacional, ni reconocimiento de la identidad y epistemologías indígenas. Así lo asegura la politóloga y referente mapuche Verónica Azpiroz Cleñan, para quien “esa academia argentina que se piensa prestigiosa sigue siendo eurocentrada”.

“Cuando se ingresa a la universidad -afirma la especialista- ni en la ficha de inscripción ni en los datos de identificación de estudiantes se pregunta por el origen étnico o la lengua hablada. Todo el sistema está estructurado para negar y expulsar las lenguas e identidad indígenas”. Y señala que, a diferencia de lo que sucede en nuestro país, otros como Ecuador, Colombia, Nicaragua o México cuentan con proyectos de universidades interculturales indígenas.

Cleñan visitó recientemente la Universidad Nacional de Córdoba para participar de la quinta edición del seminario-taller Mujeres y Ciudades: (In)Justicias Territoriales, impulsado por CISCSA Ciudades Feministas, que tuvo lugar entre el 11 y 13 de mayo en el Pabellón Venezuela de la Facultad de Filosofía y Humanidades de esta casa de estudios. En la oportunidad, Unciencia dialogó con la politóloga mapuche acerca de la falta de representación de los pueblos indígenas en la academia, la invisibilización de estos colectivos en las encuestas gubernamentales, y la necesidad de políticas públicas que reconozcan derechos negados.

-¿Cómo calificarías al sistema universitario nacional, en términos de reconocimiento de los pueblos indígenas?

-El sistema universitario en general es negacionista. Se puede transitar toda la formación académica borrando nuestra identidad. De hecho, la borra institucionalmente porque no hay nada que valore la identidad indígena en ningún aspecto: ni en la identificación de la persona y su lengua hablada, ni en la revisión de los contenidos curriculares para ver si están atravesados por un enfoque interseccional y la cosmovisión indígena, ni a través de una política de afirmación positiva mediante becas o en los concursos docentes. Tampoco hay órganos de representación de pueblos originarios dentro de ninguna universidad. Otros países, en cambio, están intentando construir pluriuniversidades, es decir, universidades indígenas interculturales, como Ecuador, Colombia, Nicaragua y México. En Latinoamérica hay 11 universidades indígenas interculturales. Pero Argentina está muy lejos de eso porque todavía hay una creencia de que el conocimiento científico es el único que tiene criterio de verdad y no puede ser interpelado por otras epistemologías.

-¿Cómo se relaciona este negacionismo universitario argentino con la posición histórica que el Estado nacional ha tenido hacia el pueblo mapuche?

-El Estado argentino ha tenido históricamente una política genocida y de eliminación del pueblo mapuche. La Campaña del Desierto es la expresión de eso. Una vez terminada la fase militar, todos los dispositivos estatales tienen que ver con un ethos institucional violento. O sea, se violentan todas las formas de reproducción del modo de vida del pueblo mapuche. En el siglo XXI hay una cuestión solapada en lo discursivo de invisibilización y de negación. Pero la política de no reconocimiento de la territorialidad mapuche sigue vigente. De hecho, ninguna comunidad mapuche tiene el título de propiedad comunitaria indígena, no existe esta ley en Argentina. Se sostiene esa inseguridad jurídica para que no permanezcamos en los territorios, que sí están libres y vigentes para cualquier proyecto extractivista o neodesarrollista.

-¿Qué implicancias tiene la invisibilización de las comunidades mapuches?

-La invisibilización implica la imposibilidad de autorreconocimiento o la autoidentificación, que sería el piso. El colectivo pueblos originarios no es sujeto de derecho en la praxis, sino en lo discursivo.No aparece, por ejemplo, en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), no se pregunta a la persona si pertenece o no a un pueblo originario. De hecho, la EPH se aplica solamente para la urbanidad, no hay una EPH rural, increíblemente, pues en toda Latinoamérica existe. Tampoco hay estadísticas vitales referidas a la mortalidad y morbilidad a nivel poblacional, ni en las partidas de nacimiento y defunciones está identificado el pueblo originario al que pertenece y la lengua hablada. Por lo tanto, está borrada esa identidad bajo el concepto de “ciudadano argentino o argentina”. Lo mismo pasa con el mundo de la producción y el trabajo. Cuántas trabajadoras indígenas existimos en cada territorio, en cuánto aportamos a la economía regional, provincial o al PBI. No aparecemos en las estadísticas.

-La ONU estableció la década que va entre 2022 y 2032 como el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas del Mundo, para concientizar sobre la difícil situación de muchas lenguas indígenas y movilizar su preservación. ¿Cómo ves al país respecto de este tema?

-Argentina tiene un nivel de desacople muy fuerte respecto de políticas de derechos lingüísticos en relación a América Latina, y sobre todo en la década internacional de las lenguas indígenas. Han habido muy pocas acciones de revitalización lingüística, de reposición de lenguas y de reconocimiento de estas lenguas a nivel institucional para el acceso a la Justicia, la educación secundaria y el nivel superior. No hay políticas, a nivel universitario y de sistema de investigación nacional, que promuevan la investigación en lenguas indígenas. No se pueden rendir las tesis en lenguas indígenas en ningún campo de conocimiento ni unidad académica. Ese es un indicador de cómo la institucionalidad educativa argentina expulsa nuestras lenguas.

Imagen | El Indec y la pregunta mal formulada

El Indec y la pregunta mal formulada

¿Cuántas personas pertenecientes a los pueblos originarios habitan actualmente el país? De acuerdo con datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas realizado en 2010 y según el criterio de autoidentificación, la presencia de indígenas dentro de la población argentina llega casi a un millón de personas (955.032).

Aunque la cifra aún parece no estar cerrada y puede ser diferente según el modo en que se identifique quién es indígena, de contabilizarlo, y de las circunstancias en las que se lleva a cabo el censo poblacional. Así, el Censo Nacional de Población de 2001 incluyó por primera vez una pregunta referida a la autoidentificación indígena, y estimó un total de más de 1.117.746 personas, mientras que la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (2004-2005) recortó la cifra a poco más de 600.300 personas. A un año de que se realizara -en mayo de 2022- el último censo nacional, aún no hay información estadística referida a las comunidades originarias, y el cuestionario utilizado no contó con el consentimiento del movimiento indígena.

-¿Qué aspectos del autorreconocimiento étnico no recoge el último censo nacional realizado el año pasado?

-La pregunta de autoidentificación étnica está mal formulada. Por lo tanto, el registro va a dar menos de lo que corresponde. Desde el Tejido de Profesionales Indígenas propusimos que ante la pregunta ‘si usted es parte de un pueblo indígena’, se listaran los 39 pueblos originarios que reconocemos. Y en cambio lo pusieron en una guía de capacitación que incluye una lista de 64 pueblos originarios no reconocida por ninguna de las organizaciones indígenas, como el pueblo Inca. Y aunque logramos instalar la pregunta por las lenguas indígenas, es decir, si la persona habla la lengua del pueblo al que pertenece -una demanda histórica del movimiento indígena- la respuesta se desprende del autorreconocimiento étnico; o sea, se aplicó solamente para quienes se reconocen como integrantes de un pueblo originario. Por lo tanto, habrá un subregistro. Ocurre que, por ejemplo, en Santiago del Estero o en provincia de Buenos Aires hay gente que habla guaraní o quechua, pero no se reconoce miembro de una comunidad indígena. Por otra parte, tampoco se preguntó por las lenguas extranjeras que también se hablan en Argentina ni por la lengua de señas. Por lo tanto, la fotografía de la diversidad lingüística que existe en el país estará muy incompleta.

-¿Cómo se combate la invisibilidad estadística?

-Desde el espacio de Tejido de Profesionales Indígenas propusimos un proyecto de ley llamado Censo Indígena Sistemas de Información para el Buen Vivir, con el fin de recopilar datos más precisos y que presentamos en 2019 y 2021. El objetivo es no sólo que se amplíe la información estadística sobre los pueblos indígenas, sino que pedimos que se realice en el período entre censos. Tiene que haber un censo indígena entre los diez años que dura cada censo nacional, un periodo intercensal, para poder relevar cuestiones que son centrales en la toma de decisiones y la definición de políticas públicas adecuadas. Así como existe una EPH o hay una encuesta, por ejemplo, para medir el uso del tiempo libre o censos agropecuarios, por qué no podría haber un censo indígena para poder analizar variables que nos parecen importantes evidenciar en términos numéricos. La visibilización estadística significa repensar desde qué lugar la política pública se asienta, y debe ser diseñada a partir de datos cuantitativos y cualitativos.

Breve perfil
Verónica Azpiroz Cleñan pertenece a la comunidad mapuche Epu Lafken de Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Es politóloga (Universidad Católica de La Plata), Magister en Salud Intercultural (URACCAN- Nicaragua) y doctoranda en Salud Colectiva (UnLa), con investigaciones en medicina, salud ambiental y etnoepidemiología mapuche. Además forma parte del Tejido de Profesionales Indígenas.