En nueve años, casi se triplicó el número de viviendas con mosquitos transmisores del dengue

Mientras que en 2009 se hallaron larvas en el 5,7% de las casas relevadas en la ciudad de Córdoba, para 2017 ese porcentaje había subido hasta el 15,4%, de acuerdo a un estudio publicado meses atrás. Para que el riesgo de contagio sea bajo, la Organización Mundial de la Salud aconseja que ese valor no supere el 1%. Aedes aegypti es el principal vector portador de los virus que provocan dengue, zika y la fiebre chikungunya. Febrero y marzo son los meses de mayor transmisión, recuerdan especialistas y marcan la importancia de evitar criaderos como medida de prevención. [24.02.2021]

Por Candela Ahumada
Redacción UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
candela.ahumada@unc.edu.ar

Durante los meses de verano se reproducen y abundan las poblaciones de Aedes aegypti, el principal vector del virus del dengue. Para febrero habitualmente ya hay casos autóctonos, que alcanzan su nivel máximo en abril.

Un estudio publicado en septiembre de 2020 en la revista científica Heliyon da cuenta del importante incremento de larvas y criaderos del mosquito urbano en las viviendas de la ciudad de Córdoba, a partir del monitoreo mensual realizado por hogar durante casi una década por el Centro de Investigaciones Entomológicas de Córdoba de la UNC y el Área de Epidemiología de la provincia de Córdoba.

El trabajo recopila y analiza información de casi diez años de investigación sobre el vector del virus, en los estadios de huevo y larva, así como de casos de dengue ocurridos. Fue desarrollado por un grupo de investigación integrado por especialistas del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba, en colaboración con la Universidad Estatal de Nueva York, y la Universidad de Florida y Virginia, entre otras instituciones.

Según las conclusiones, se viene registrando un aumento importante y sostenido en la proporción de hogares que contienen larvas del mosquito (juveniles de Aedes aegypti), que pasó del 5,7% de las viviendas en 2009, al 15,4% en 2017.

“Eso quiere decir que cada vez estamos criando más mosquitos vector del dengue en las viviendas de la ciudad”, asegura Elizabet Estallo, investigadora del Conicet y una de las autoras de la publicación. Y agrega que los datos “demuestran que la presencia del mosquito se viene incrementando cada año, así como el número de casos en cada brote”. En esa línea, advierte que Córdoba experimentó el mayor brote de dengue hasta la fecha a principios de 2020 (serotipos 1 y 4, de acuerdo a datos del Ministerio de Salud de la Nación).

Walter Almirón, biólogo y director del Centro de Investigaciones Entomológicas de la UNC, enciende la alarma sobre el elevado porcentaje de larvas y criaderos alcanzados en los últimos registros, y explica que el 15,4% hallado en el monitoreo larval supera largamente el umbral establecido por la Organización Mundial de la Salud.

“Para que el riesgo de transmisión del dengue sea bajo, el índice aconsejado mundialmente es menor al 1%. En los últimos relevamientos que hicimos había zonas de Córdoba que tenían incluso hasta 50% de viviendas con criaderos”, apunta.

Imagen | Período de mayor riesgo
Larva de mosquito. Imagen: Avd74 [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons.

Período de mayor riesgo

El estudio constató, además, que la abundancia larvaria alcanza su punto máximo una vez al año, en el período de enero a marzo. Comparativamente, febrero fue el mes con mayor cantidad de larvas a nivel de barrios, y marzo a nivel de viviendas, mientras que los casos de dengue fueron más altos durante abril.

Asimismo, se determinó que esa abundancia se asocia con las temperaturas más cálidas que se vienen produciendo en los meses previos.

“Observamos que las temperaturas de Córdoba son lo suficientemente cálidas como para asegurar la supervivencia y reproducción de estas poblaciones de mosquitos de octubre a mayo, pero el pico se produce durante el verano, en los meses que estamos atravesando. En marzo suele registrarse dengue autóctono, y en abril alcanzar su nivel más alto”, indica Estallo.

La investigadora explica además las características que, de acuerdo a los resultados encontrados y publicados en otros estudios, hacen que algunas zonas de la ciudad sean “más adecuadas” para la proliferación del vector, determinando áreas de riesgo en la ciudad.

En ese sentido, menciona que la densidad de población humana, la distancia a la vegetación y los canales de agua abiertos fueron las principales variables predictivas de la aptitud vectorial de una zona.

“Detectamos las zonas donde hay mayor riesgo de población del vector en la ciudad de Córdoba, y vimos que estaba asociado básicamente al desorden ambiental generado por residuos. Las zonas en riesgo, por ser más adecuadas para la cría del vector, corresponden a la periferia, cerca de los canales abiertos, donde suele desecharse basura. En las bolsas y tachos se acumula el agua, y son ideales para la reproducción de las larvas”, explica.

En esa línea, recuerdan la importancia de cumplir especialmente en estos días con las conductas y hábitos de prevención, evitando recipientes que contengan agua (cisternas artificiales, cacharros, baldes y neumáticos) en los hogares, y manteniendo la limpieza y orden urbano.

Publicación
Una década de aparición de arbovirus en el cono sur templado de América del Sur: dengue, Aedes aegypti y dinámica climática en Córdoba, Argentina. Septiembre 2020. / Desarrollada en el marco del Programa Zika (Estados Unidos) administrado por la comisión Fulbright.
Autores
Elizabet L. Estallo, Rachel Sippy, Anna M. Stewart-Ibarra, Marta G. Grech, Elisabet M. Benitez, Francisco F. Ludueña-Almeida, Mariela Ainete, María Frias-Cespedes, Michael Robert, Moory M. Romero, Walter R. Almirón.
Instituciones participantes
Instituto de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas (Conicet-UNC), Centro de Investigaciones Entomológicas de Córdoba (UNC) / Instituto de Salud Global y Ciencias Traslacionales, SUNY Upstate Medical University / Departamento de Geografía, Universidad de Florida / Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global, Uruguay / Centro de Investigación Esquel de Montaña y Estepa Patagónica (CONICET y Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Facultad de Ciencias
Naturales y Ciencias de la Salud, Esquel, Chubut / Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (UNC) / Ministerio de Salud de la Provincia de Córdoba- Dirección de Epidemiología, Hospital San Roque , Córdoba, Argentina / Departamento de Matemáticas, Estadística y Física (Universidad de las Ciencias, Filadelfia) / Departamento de Matemáticas y Matemáticas Aplicadas, Virginia Commonwealth University / Departamento de Estudios Ambientales, Universidad Estatal de Nueva York.
Muestreo
La vigilancia entomológica comenzó luego de la aparición del dengue en 2009, e incluyó monitoreos larvales mensuales, de noviembre a mayo, en 600 hogares seleccionados al azar y distribuidos por la ciudad (de 2009 a 2017), y se tomaron muestras de la actividad de oviposición del vector por medio del uso de ovitrampas colocadas y reemplazadas semanalmente para controlar la actividad de oviposición del mosquito (de 2009 a 2013).
El Aedes Aegypti y el contagio del dengue