“Reforma”, la tipografía diseñada para la UNC y de acceso libre

Camino al centenario de la gesta estudiantil de 1918, la Casa de Trejo presentará el próximo 28 de junio su propia familia tipográfica, denominada “Reforma”. Diseñada especialmente para esta institución, la fuente condensa los sentidos de tradición, amigabilidad y pluralidad, al tiempo que se adapta a las diversas situaciones de comunicación,los diferentes soportes y contextos de lectura que se dan en la comunidad universitaria. Fue creada por la fundidora digital cordobesa PampaType, en un trabajo articulado desde la Prosecretaría de Comunicación Institucional. Estará disponible para quien desee descargarla y usarla. [21.06.2017]

Por Eloísa Oliva
Redactora UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
eloisa.oliva@unc.edu.ar

La Universidad Nacional de Córdoba se convertirá, en los próximos días, en una de las primeras casas de altos estudios de América Latina en contar con una tipografía propia y de acceso libre para toda la comunidad, llamada “Reforma”.

El proyecto demandó dos años de trabajo intenso, y su  lanzamiento se enmarca en los festejos por el centenario de la Reforma Universitaria de 1918. Fue diseñada por la fundidora digital cordobesa PampaType (Alejandro Lo Celso y Guido Ferreyra), en un trabajo articulado desde el Área de Diseño de la Prosecretaría de Comunicación Institucional.

En el desarrollo de “Reforma”, la pluralidad de voces que representa una universidad, el compromiso con su condición de institución pública, gratuita e inclusiva, así como el prestigio de ser una casa de altos estudios de más de 400 años, fueron algunas de las aristas conceptuales sobre las que trabajararon los diseñadores.

“Lo primero que sentimos fue que el pasado, la herencia intelectual, se tenía que reflejar en la forma. Y, al mismo tiempo, tenía que haber un esfuerzo para que no se percibiera como algo elitista”, relata Alejandro Lo Celso, diseñador de PampaType.

En relación a este sentido de la “dignidad” en la historia de la tipografía, los diseñadores se remontaron a la comunicación visual de la antigua Roma. Allí se usaban inscripciones grabadas en piedra (epigráficas), que era la tecnología disponible en ese momento. Por eso, buscaron durante meses estas referencias, a las que sumaron criterios de amigabilidad, inclusión y pluralidad.

Dentro de este eje, se desarrollaron tres estilos: 1918, 1969 y 2018, en homenaje a la Reforma Universitaria, al Cordobazo y, en perspectiva al futuro, al centenario de la gesta estudiantil. La relación que se establece entre estos estilos va desde un planteo clásico (1918) a uno moderno (2018), pasando por uno híbrido o intermedio (1969).

Sobre la importancia de que una institución como la UNC cuente con una familia tipográfica, Lo Celso explica: “Una tipografía es una voz; articular una voz propia en el universo de lo visual es valioso porque le confiere identidad, coherencia y credibilidad a todos los mensajes que la universidad quiera transmitir”.

“Es el ladrillo básico de la construcción de las comunicaciones visuales; una tipografía nueva, singular, creada especialmente para adaptarse a las necesidades concretas de una institución se vuelve una herramienta potente de identidad y tono”, completa el tipógrafo.

El trabajo detrás de una tipografía

Convivimos con la tipografía, pero rara vez reparamos en ella. En este momento, está siendo usada para escribir estas líneas, para diferenciar títulos y epígrafes en la página, a través de la selección de opciones preseteadas que ofrece el procesador de texto. Podemos estar familiarizados con los nombres “Times New Roman”, “Arial” o “Courier New”, pero desconocemos cómo llegaron a nuestra computadora, qué trabajo hay detrás de su creación, cuál es su historia o su sentido. 

Lo Celso profundiza sobre esta condición básica: “Si la tipografía está bien hecha, los lectores no se percatarán de ella y podrán concentrarse en los sentidos del texto. Está super presente en el entorno, pero nadie tiene que verla”.

La tipografía, señala el diseñador, es “la representación gráfica del lenguaje, lo que hace posible materializar un mensaje, una idea, un texto”. En ella, agrega, “convergen dos universos: el dominio del lenguaje en un sentido amplio (el idioma, los códigos de lectura, la comunicación que intercambiamos, la construcción de sentido), y el dominio de lo visual, porque la tipografía tiene también su anclaje en la historia del arte”.

En el desarrollo de una fuente, los diseñadores deben atender ciertos aspectos, teniendo siempre en cuenta que la lectura es un proceso artificial. En primera instancia, el diseño tiene que responder a criterios de legibilidad. También es importante el ritmo, definido como la relación entre formas y contraformas que se da en distintos niveles. “La gente cree que diseñamos letras, pero en realidad diseñamos palabras”, explica Lo Celso.

“Cuando estás diseñando en el monitor, diseñás una letra, pero inmediatamente vas y componés, de la letra a la palabra y de la palabra a la letra, a ver si esa letra se funde armónicamente con el resto. Ahí no es solamente una cuestión de espacios, sino una cuestión rítmica, de relación entre formas y contraformas. La forma es todo lo que entinta o ennegrece, y la contraforma es lo que lo circunda. Y no es que una es más importante que la otra, son las dos igual de importantes”, remarca.

A su vez, las palabras interactúan entre ellas, y así surge un segundo nivel de articulación, que es el espacio entre palabras. “Lo que uno hace tiene que atender a estas relaciones de forma y contraforma en todas las situaciones de lectura. Para que una fuente se manifieste bien en todas esas situaciones, hay muchísimo trabajo detrás”, apunta el diseñador.

Acceso libre y pluralidad de voces

Reforma estará disponible para su descarga en los sitios web de la UNC, tanto para la comunidad universitaria como para la ciudadanía en general. “Esto implica un desafío importante desde el punto de vista de la identidad”, anota Lo Celso. “Veremos qué sucede con el tiempo, pero en todo caso, el gesto de la UNC es muy saludable. Que una institución educativa pública pueda encomendar la creación de una tipografía propia y a la vez compartirla con el resto de la sociedad, es un valioso signo de democratización”, opina.

Sobre lo hecho y lo que queda por hacer, el diseñador detalla que se ha resuelto “el núcleo central de fuentes –nueve romanas y nueve cursivas–, que son la herramienta básica para resolver un rango importante de textos, desde lectura inmersiva (textos prolongados, de fondo) hasta títulos o rótulos, en un espectro de tonos de lo clásico a lo moderno. Y también una versión UltraNegra (romana y cursiva) como una variante especial para títulos cuando se quiere un impacto más fuerte. Aún faltan voces dentro de la familia para adaptarse otros contextos diferentes. Ojalá pueda continuarse el proyecto”, comenta.

La Universidad Nacional de Córdoba será una de las primeras de América Latina en contar con una tipografía propia. En 2013, la Universidad Nacional de Colombia dio a conocer Ancízar, la familia tipográfica diseñada por César Puertas y Viviana Monsalve.

El 28 de junio a las 11, en el Subsuelo del Pabellón Argentina, se realizará la presentación de la familia tipográfica Reforma. Ese mismo día quedará inaugurada en el Hall central del edificio la muestra que recorre la historia de la tipografía, repasa los secretos del oficio y narra el proceso de trabajo de Reforma, recogiendo la historia y los valores de la UNC.