Censos en Argentina | Miradas de una época en el devenir histórico del país

Los censos permiten conocer cómo está compuesta la población de un país, cómo está distribuida en el territorio nacional y en qué condiciones habita. No solo representan un momento clave en el devenir de un Estado –por el volumen de información estadística que relevan–, sino que cada uno lleva impresa una mirada de la época en que se realiza.

¿Cómo se implementa un censo, qué datos interesa obtener y por qué es fundamental llevarlo a cabo?

Eduardo Bologna

Licenciado en Psicología (Facultad de Psicología, UNC), magister en Demografía (Centro de Estudios Avanzados, UNC) y doctor en Demografía (Facultad de Ciencias Económicas, UNC).

Realización: Diego Ludueña



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El miércoles 18 de mayo se realizará un nuevo censo en la República Argentina. Desde el 16 de marzo está la posibilidad de hacerlo de manera digital. Pero, ¿qué es un censo, para qué sirve, qué datos revela? ¿Cuáles son los objetivos de un censo nacional?

Desde UNCiencia, convocamos a Eduardo Bologna, doctor en Demografía y profesor de la UNC para que nos cuente qué es un censo y cuál es la historia de los censos en la República Argentina.

Eduardo Bologna: El censo es el operativo civil más importante que hace un Estado nacional. Tiene el objetivo de captar datos de la sociedad para diseñar, implementar y evaluar políticas públicas en educación, en empleo, para la planificación de estructura vial, de transporte. También permite estimar la población con necesidades básicas insatisfechas, que es una de las formas de medir pobreza en Argentina.

Los censos son las bases a partir de las cuales se realizan las proyecciones de población, esto es, las previsiones sobre cómo evolucionará a futuro la población del país y sus regiones.

Naciones Unidas recomienda que los censos se hagan a intervalos de tiempos fijos. Sugiere que sea cada 10 años, ya que contar con una serie de censos permite evaluar lo sucedido en el pasado, describir con detalle lo que sucede actualmente y hacer previsiones en relación al futuro.

Para que se pueda comparar entre países, conviene que los censos se hagan en las fechas lo más próximas posibles. Naciones Unidas propone que sea en los años terminados en cero. Argentina respetó esa sugerencia en los censos de los años ’60, ’70, ’80 y 2010.

El censo es la fuente primaria más importante y más amplia de información estadística. Gracias a esta periodicidad, aproximadamente cada 10 años, es posible comparar los cambios que van sucediendo en una población en términos de tamaño y composición.

El censo es el único instrumento capaz de proporcionar datos para niveles geográficos menores, como municipios. En ese sentido vale la metáfora de la foto de la población, que puede ampliarse para ver pequeñas áreas geográficas. Pero, como sucede en una foto en la que el encuadre determina qué entra y que queda afuera, el censo siempre es una selección de algunos aspectos que se decide observar. Y, siguiendo la metáfora de la foto, también sirve para mostrarle a otros países.

En los tiempos del proyecto de Alberdi, cuando se esperaba recibir migración europea, los datos censales sirvieron para mostrar la prosperidad de los extranjeros. El segundo censo nacional, en 1869, incluyó –además del relevamiento de población–, un censo de industria, que preguntó por el tamaño de los establecimientos, el tipo de industria y la nacionalidad de los dueños de las empresas.

Las agencias argentinas en Europa que fueron creadas para promocionar al país como destino migratorio usaron esos datos para ilustrar el atractivo de la Argentina.

Aunque los recuentos de personas existen desde tiempos remotos y que tenían objetivos fiscales, de recaudación, o también militares, la idea moderna de censo, de caracterizar a la población de un país, necesitó considerar que los hechos sociales son conceptos sobre los que pueden hacerse equivalencias con indicadores empíricos y medirlos con los instrumentos adecuados. Por medio de la selección de algunos aspectos de las entidades, personas, hogares o viviendas, a través de los cuales es posible compararlas.

La práctica de censar a las poblaciones se difundió a partir del siglo XVIII, por la importancia dada a las cifras en esta especie de autoconocimiento de la sociedad, al ver a las estadísticas como un medio para enfrentar problemas sociales.

Esa producción de cifras también ayudó a conformar esa especie de comunidades imaginadas, que sirvieron de referente, en especial en procesos de reunificación en países como Alemania, Bélgica o Italia. Esos datos colaboraron a la imagen de un nosotros que nos diferencia, aunque no hay nada que nos haga similares entre nosotros y diferentes al extranjero, salvo el hecho de haber nacido dentro de un determinado recorte geográfico.

En Argentina se hacen censos desde hace más de 150 años.

El primer censo, que es de 1869, es el primero que se adecuó a los criterios de la época, es decir, estandarizando las preguntas, haciendo las mismas preguntas para todos, aplicándolo de manera simultánea en todo el territorio y sin referencias a religiones o a cuestiones vinculadas a lo militar.

El segundo censo del siglo XIX, en 1895, incluyó también un relevamiento agropecuario y económico. Esa vez se preguntó por el tipo de industria, la nacionalidad del dueño, el personal ocupado, etcétera. En términos de cobertura fue más amplio que el censo anterior porque fue hecho después de la unificación territorial del país.

Ya en el siglo XX, el censo de 1914 es importante o llamativo porque fue el momento en el que se observó con claridad el impacto de los grandes flujos migratorios que venían de Europa. En ocasión de ese censo un tercio de la población había nacido en el extranjero, principalmente en Europa. Otra de las cosas que se descubrió interesante en ese censo, que incluyó industria, fue que en el período que había pasado del censo anterior, los veinte años que habían pasado, se habían desarrollado marcadamente la industria extractiva y manufacturera, pero además esas industrias se habían desconcentrado, habían empezado a expandirse hacia otras regiones del país.

El censo siguiente se hace en 1947. Tiene la particularidad de incluir ya no al individuo, sino a la familia como unidad de observación. Por primera vez se utiliza la computadora para el procesamiento de datos. Se utilizaron máquinas perforadoras y clasificadoras de tarjetas.

El censo de 1960 incorporó las uniones de hecho entre las categorías de situación conyugal y reemplazó las unidades de análisis de las familias por la de hogar.

El censo del ’70 fue un tanto accidentado y se intentó que la información se cargara con unas lectoras de caracteres manuscritos. Pero hubo inconvenientes en esa carga y no se pudo procesar completo. Finalmente se trabajó de manera muestral y se hizo una estimación del volumen total de la población.

El censo siguiente, de 1980, utilizó como innovación el muestreo en las áreas más pobladas. La idea era la de poder profundizar en algunos temas, pero no de manera integral.

En el censo de 1991, lo importante como incorporación fueron importantes preguntas acerca de coberturas de salud y de la situación previsional de la población.

El de 2001 tiene como interesante que incluyó preguntas sobre el autorreconocimiento como descendiente o perteneciente a pueblos indígenas.

En el de 2010 fue también complejo para el Indec. El censo se realizó, pero se detectaron problemas metodológicos importantes y de cobertura. Hubo una revisión de los resultados y la cifra final de población fue estimada.

Durante el gobierno anterior, desde el Indec se decidió incluir en el censo previsto para 2020 dos preguntas que generaron objeciones. Una de ellas es respecto al DNI de las personas censadas y la otra sobre el domicilio laboral.

Ambas preguntas fueron objetadas y eliminadas del censo. La pregunta por el DNI tenía como inconveniente que los datos personales podrían ser utilizados con otros fines y las personas evitaran responder.

Para que un censo sea exitoso es necesario que la población esté motivada para responder a las preguntas de tal manera que haya los menos casos posibles de no respuesta. Con esta pregunta y también con la del domicilio laboral que iban a estar por primera vez en un formulario censal, había riesgo de suspicacias que perjudicaran el grado de cobertura que el censo tuviera, es decir, la predisposición de las personas a responder y también a la seguridad de la base de datos resultante.

La ley de secreto estadístico establece que los datos recogidos son estrictamente secretos y solamente pueden utilizarse con fines estadísticos. Las publicaciones de esos datos deben hacerse siempre de manera agregada, es decir, en compilaciones de conjunto, de manera que no pueda ser violado el secreto, ni individualizadas las personas.

El censo 2022 tiene algunas particularidades en términos de forma. La innovación es la bimodalidad: la posibilidad de realizarlo a través de la página web. Desde el 16 de marzo pueden cargarse los datos del formulario y, si se opta por realizarlo de esa manera, el día del censo cuando el censista visita el domicilio se entrega un código que genera la página una vez completado el censo. Si bien en esta versión web se solicita el DNI de alguna persona del hogar, es información que no se almacena.

En este censo 2022 también hay innovaciones en términos de contenido. Se pregunta, por un lado, por el sexo registrado al nacer, las dos categorías clásicas de varón o mujer, pero además se ha agregado la pregunta sobre la identidad de género. Se da la opción de no responder o bien de ignorarlo.

Hay otra innovación y es la eliminación de la pregunta por el estado civil. La fundamentación del Indec es que lo hacen en función de la ley del matrimonio igualitario. Para reconstruir la composición del hogar se utiliza la pregunta por la relación de parentesco con el jefe o la jefa o una persona de referencia del hogar.

Además de estas preguntas aparecen las que estaban en los últimos tres censos: las de reconocimientos de pueblos originarios, las de discapacidad y la de migraciones, que ofrece como categorías de respuestas el conjunto de países limítrofes a los que agrega Colombia, Venezuela y Perú.

  • El operativo civil más importante que realiza un Estado nacional
  • Por qué se realiza cada 10 años
  • La metáfora de la foto y su encuadre
  • La práctica de censar a las poblaciones se difundió a partir del siglo XVIII
  • Los primeros relevamientos en Argentina
  • Los censos de los siglos XX
  • Singularidades del censo que se realizará en 2022

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