Córdoba, ante el desafío de una movilidad urbana sostenible
Más de 70 especialistas en diferentes campos científicos y procedentes de distintas latitudes convergieron en la UNC para analizar alternativas que permitan superar las dificultades que impone el crecimiento de la ciudad. En esta nota, la opinión de los referentes internacionales. [08.06.2017]
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
soledad.huespe@unc.edu.ar
Las ciudades de Latinoamérica comparten una problemática: su crecimiento extendido sobreviene en un mayor uso de suelo rural, segregación social y fragmentación física, déficits de infraestructura y un alto consumo de recursos energéticos y materiales.
Ese diagnóstico pone a la movilidad urbana en el centro de la escena. Y ese fue precisamente el eje sobre el que trabajaron más de 70 especialistas, procedentes de distintos países y campos disciplinares, durante un encuentro realizado días pasados en la Universidad Nacional de Córdoba.
Se trató del curso “Movilidad urbana sostenible. Hacia un cambio de paradigma”, organizado por el nodo “Sustentabilidad y Desarrollo” del Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria (Celfi). Este nodo está radicado en la UNC y es coordinado por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de esta casa de altos estudios.
En esta oportunidad, el caso analizado fue Ciudad Universitaria. Tras las conferencias de referentes internacionales, los participantes conformaron seis comisiones y proyectaron distintas propuestas para cumplir con las condiciones de integración, eficiencia y equidad, pertenencia y compacidad necesarias para alcanzar un desarrollo urbano sustentable.
En los párrafos que siguen, una semblanza de la opinión de los visitantes extranjeros, su visión de Córdoba y Ciudad Universitaria. Las conclusiones propositivas de cada una de las comisiones estarán disponibles en una publicación gráfica a partir de julio.
Breve diagnóstico de Córdoba
“La Córdoba central, la Córdoba de la gente, es una ciudad muy entrañable. Al ser universitaria, es una ciudad con muchísima vitalidad. Pero en mi impresión, se pierde mucho tiempo, se contamina mucho, se hacen demasiados viajes por la disposición de la ciudad y también de la Ciudad Universitaria”, analiza Ernesto Philibert Petit, del Instituto Tecnológico de Monterrey (México).
En su visión, uno de los problemas más graves radica en su gran extensión. “Cada vez es más extensa, sobre todo por intereses inmobiliarios. Eso dificulta mucho la movilidad y genera un verdadero problema de fragmentación social”, completa.
De acuerdo a María José Rodríguez Traduchy Diez, de la Universidad Politécnica de Madrid (España), Córdoba es una ciudad clásica de colonización que ha metido la cuadrícula en la conciencia de todos los ciudadanos y eso tiene ventajas, pero también inconvenientes, sobre todo en lo concerniente a la sostenibilidad.
“Una ciudad tan extensa plantea problemas de transporte público, porque es difícil mantenerlo. Después de la segunda guerra mundial, las primeras new towns inglesas, que luego se extendieron a toda Europa, fracasaron por ese motivo: por las bajas densidades que generaban”, explica.
No obstante, en palabras de Estanislao Roca, de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (España), la ciudad de Córdoba es “como un diamante en bruto que cabe pulir, porque puede ser una maravillosa ciudad”.
Luces y sombras de Ciudad Universitaria
En una ubicación central, Ciudad Universitaria le brinda una impronta única a la Córdoba docta. “Está en un enclave maravilloso, con un entorno fantástico. Las instalaciones pueden tener algunos problemas, pero es interesante la cercanía del campus con la ciudad porque permite una relación muy directa. Peatonalizar los itinerarios es muy sencillo”, manifiesta Rodríguez Tarduchy.
Si bien las seis comisiones de trabajo señalaron algunos de los puntos que pueden ser mejorados en Ciudad Universitaria, sobre todo en materia de movilidad sustentable, los visitantes reconocieron varios aspectos positivos.
Tal es el caso de Andrés Borthagaray, del Instituto Ciudad En Movimiento (Argentina), quien reconoce en “el verde” una de sus mayores fortalezas. En esa misma línea de pensamiento, para Pascal Amphoux, de la Ecole Nationale Supérieure D’architecture de Nantes (Suiza), un punto muy fuerte de la Ciudad Universitaria es su ubicación.
“La posición histórica también es muy interesante: imagino que en sus comienzos fue pensada para estar en los márgenes de la ciudad, pero con los años se convirtió en un lugar central y estratégico. Me parece muy importante la escala de parque que tiene, que se convierte en una oportunidad para la metrópoli. La idea es proteger y revalorizar la naturaleza y la continuidad del parque”, subraya Amphoux.
Apropiarse de lo público para pensar en una movilidad sostenible
Lograr que los ciudadanos se apropien de espacio público fue, prácticamente, una propuesta transversal a todos los expositores. En esa línea, Estanislao Roca aseguró: “Desde el punto de vista de los distintos escenarios, tenemos que hacer que la gente haga propio lo público. Desde la administración pública, desde las universidades, desde las escuelas se tiene que ir concientizando a la población para que, poco a poco, vaya sensibilizándose a la conciencia colectiva en aras de buscar un cambio de paradigma, en el sentido de desplazar su preferencia por el coche a la de ser peatón o al transporte público”.
Pasar del culto del automóvil, de lo individual, al culto de lo colectivo fue una de las principales líneas de trabajo del mexicano Philibert Petit: “Ese es el verdadero sentido de la ciudad: el culto de la persona y de lo colectivo”.
Para Mariela Marchisio, del Observatorio Urbano de la UNC, no se trata de eliminar el automóvil, sino de repensar las prácticas y de reinstalar otros sistemas de compatibilidades entre las prácticas.
Para pensar en un urbanismo sostenible es fundamental tener en cuenta la mirada de los ciudadanos, e incluirla en el diseño de políticas públicas. En ese sentido, Philibert Petit aseveró que las ciudades se construyen con toda la gente, no solamente con urbanistas, diseñadores e ingenieros.
“Ha sido un error clásico desde el siglo XIX pensar que la ciudad se puede planear desde arriba, como si fuera el Monte Olimpo, y tomar decisiones por la gente. En general, se ha visto en muchos ejercicios que cuando se involucra a la gente desde abajo en proyectos urbanos, resultan ser mucho más exitosos porque la gente los hace propios. En caso contrario nos hemos encontrado con mucho rechazo en programas que son impuestos desde arriba. De modo que la participación social es fundamental para hacer un cambio de paradigma en movilidad y en desarrollo urbano”, destaca Petit.
Reforzando este concepto, Rodríguez Traduchy, de la Universidad Politécnica de Madrid, apunta que la dialéctica entre los profesionales y los ciudadanos es esencial.
“Un sistema de movilidad sostenible nos garantiza una ciudad con mejores calidades de vida para los individuos”, concluye Marchisio.
Desde el punto de vista de la política científica regional, apunta además a establecer redes de interacción latinoamericana como contraposición con las vinculaciones personales que se establecen durante la formación de científicos en laboratorios de excelencia de Estados Unidos o Europa.
El Celfi se creó como un programa dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT).
Fecha de publicación: 8 junio, 2017