Nomenclador cartográfico para discapacitados visuales
En la zona céntrica de Córdoba, trasladarse desde General Paz al 370 hasta Caseros al 500 resulta simple, incluso para quienes desconocen su ubicación, si se dispone de un mapa. Pero para personas con discapacidad visual, caminar desde el Pami hasta la Municipalidad –lugares a los que refieren tales direcciones– implica un desafío aun mayor, porque la información cartográfica de la ciudad no se encuentra disponible en un formato adaptado a su problemática.
No existe un nomenclador con relieve referenciado en braille que describa la estructura de la ciudad y las conexiones de sus calles, y tampoco es factible acceder a esos datos de manera auditiva, por ejemplo, a través de un servicio telefónico gratuito donde un locutor transmita la ruta más adecuada entre dos sitios. Y a esto se suma la ausencia de planos de gran tamaño impresos en colores contrastantes para quienes padecen una reducción visual significativa.
Este diagnóstico impulsó una idea en la que Francisco Malbrán y Germán Trouillet trabajaron más de un año y se materializó en una herramienta informática de distribución libre y gratuita, concebida para proporcionar respuestas audiovisuales a consultas efectuadas a una base de datos cartográficos de la ciudad de Córdoba. Con este desarrollo, ambos estudiantes de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (FAMAF) obtuvieron su título en la Licenciatura en Ciencias de la Computación.
Lo simple, dos veces bueno
La aplicación es muy fácil de utilizar. Mediante una interfaz intuitiva, el usuario ingresa una o dos direcciones. En el primer caso, el sistema ofrecerá más datos sobre tal ubicación –cuántas calles tienen el mismo nombre y en qué barrios se encuentran–; en el segundo, analizará y trazará el camino más corto entre los extremos, generará un conjunto de instrucciones detalladas sobre cómo caminar de un lugar a otro («suba por General Paz unos 30 metros, doble a la derecha, continúe…), e indicará la distancia que los separa en metros además de anunciar los cruces de calle que existen en el trayecto.
En ambas instancias, la respuesta podrá ser escuchada, pausada o rebobinada, y exportada como un archivo de audio para cargarla en un reproductor MP3. También podrá ser leída como texto sin formato y enviada a imprimir en una máquina de braille. Para personas con baja visión, generará un mapa en colores contrastante: fondo negro, las calles en verde, el trayecto a transitar en rojo, y el origen y destino en blanco.
El dato distintivo: todos los comandos de la aplicación se activan mediante atajos del teclado, ya que las personas ciegas no utilizan el mouse.
La búsqueda de caminos
El desarrollo demandó un relevamiento para conocer otras opciones con idéntica funcionalidad. Los autores encontraron un amplio espectro de dispositivos, pero su costo supera los dos mil dólares y no incluyen información cartográfica de América Latina. También hallaron aplicaciones similares, pero que igualmente carecen de datos sobre Argentina y Córdoba.
Ante este panorama, Malbrán y Trouillet buscaron librerías, es decir, conjunto de funciones programadas por terceros que pueden ser utilizadas en aplicaciones. Eligieron una para manejar datos geoespaciales, con capacidad para trabajar con representaciones abstractas, generar visualizaciones y transformar coordenadas. Y otra para convertir el texto en sonido.
Con esos elementos comenzaron a trabajar en la implementación de un algoritmo de búsqueda de caminos. Un algoritmo es una serie de pasos que se deben seguir para obtener un resultado. Si bien las librerías que habían elegido incluían uno que cumplía esa función, advirtieron que no era eficiente, porque trazaba todos los caminos desde el punto de origen hacia todos posibles destinos en un mapa.
En cambio, adecuaron el algoritmo A* (A estrella), más rápido porque calcula el costo de ir de un punto a otro de la ciudad considerando la traza urbana e incluye una función que le informa la distancia en línea recta hasta el destino, en metros. Con esas dos fuentes de información, la aplicación calcula el camino más directo.
Mapas mentales
El espíritu del proyecto es favorecer la disponibilidad de recursos tecnológicos que atiendan la problemática de orientación de personas con discapacidad visual en un contexto urbano. Y apunta a facilitar la creación de mapas mentales. Se trata de construcciones que realiza el sujeto al internalizar las relaciones de espacio en un determinado lugar y son, por ejemplo, lo que permite a un ciego recordar de memoria la disposición de los muebles en una habitación.
Las expectativas están centradas en la posibilidad de que los usuarios, con el tiempo, generen mapas mentales de zonas de interés, como su barrio. La importancia radica en que, una vez creada esta conciencia sobre su entorno, podrán desplazarse con más seguridad e independencia.
“Uno de los problemas de este grupo social son los obstáculos que impone el entorno porque no les permite maximizar sus capacidades individuales”, explican Malbrán y Touillet.
A su criterio, la tecnología posee un amplio abanico de opciones que, bien utilizadas, puede disminuir notablemente tales limitaciones. Y en esa línea se inscribe su desarrollo. “Es el primer paso de lo que esperamos se convierta en un proyecto más grande, y promueva la creación de herramientas informáticas libres para facilitar su independencia”, concluyen.
DISTRIBUCIÓN Y COLABORACIONES
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Actualmente, los autores realizan gestiones para obtener espacio en un servidor para alojar su software y que pueda ser descargado libremente.
Si bien el programa todavía no ha sido testeado por discapacitados visuales –fue modificado hasta la noche anterior a su presentación oficial– durante todo el proceso los autores contaron con la experiencia y asesoramiento de Cecilia Calvo y Ana Andenmatten, docentes del Instituto Helen Keller, un centro especializado de apoyo escolar para niños con discapacidad visual. La relación de Malbrán y Touillet con esa institución se retrotrae a 2005, cuando en el marco de una beca de extensión modificaron el programa utilizado para imprimir en braille. En aquella oportunidad, el objetivo fue simplificar el proceso de impresión para los niños sin visión que debían obtener sus textos en ese código táctil. Su colaboración permitió recuperar dos máquinas de braille que habían caído en desuso. |
EN CLAVE TÉCNICA
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El programa se distribuirá bajo licencia GPL (General Public Licence) para que pueda ser modificado, mejorado y ampliado por otros desarrolladores. Fue realizado en JAVA, un lenguaje multiplataforma que funciona en diversos sistemas operativos como Windows y Linux, entre otros.
Tiene una arquitectura cliente-servidor. El servidor aloja la base cartográfica y procesa las solicitudes que recibe de los clientes. Este sistema otorga mayor seguridad en la protección de los datos, ya que los usuarios nunca acceden directamente a ellos. En el futuro, los autores prevén incorporar datos sobre el recorrido del transporte público, sumar tecnología de geoposicionamiento satelital e integrar el reconocimiento de voz para que acepte comandos hablados. También desean independizarse de los programas lectores de pantalla, anexándoles alertas habladas sobre cada comando que se ejecute y, en última instancia, desarrollar un dispositivo específico. Para dimensionar la relevancia del aporte que realizaron los graduados de Famaf, basta reseñar que la comunidad desarrolladora de GeoTools (la librería que usaron para manipular datos geoespaciales) incorporó las modificaciones que ellos efectuaron para implementar el algoritmo de búsqueda de caminos al paquete libre que distribuye esa organización. |
Fecha de publicación: 10 abril, 2009