«Lo que hice no tiene ninguna importancia…, sólo abrí una caja de Pandora»

"Si miento, me perjudico yo. Si Monsanto miente, nos embromamos todos". Directo, categórico y sin medias tintas. Andrés Carrasco, director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), brindó una conferencia días pasados en la UNC. [Descargar el audio completo de su exposición en formato wav | Duración: 00:40:34]

El investigador cobró notoriedad semanas atrás, al difundir las conclusiones de su estudio sobre los efectos del glifosato, componente central del herbicida que se comercializa bajo la marca Roundup, de la compañía multinacional Monsanto-, y es utilizado masivamente en la producción de soja transgénica.

Ese agroquímico está inscripto en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), su autorización data de 1977 y fue revalidada en 1999. Según la Organización Mundial de la Salud, es un producto que "normalmente no ofrece peligro". Al señalar las razones que fundamentaron su decisión de dar a conocer los resultados, Carrasco subrayó que el público es el primer receptor: "Es quien me paga el sueldo y sostiene mis investigaciones".

"En los experimentos que realizamos hasta el momento, ya sea con el herbicida o el glifosato en forma pura, detectamos -a través de marcadores específicos- alteraciones serias en los estadíos más críticos del desarrollo, que llevan a malformaciones craneales, entre otras. Es exactamente lo mismo que hacemos en otras pruebas. Metodológicamente, no inventé nada nuevo: apliqué una experiencia tecnológica y un criterio de análisis a un nuevo elemento del medio ambiente", explicó.

Al mismo tiempo bregó por profundizar el análisis. "Lo único que sostengo es que se debería observar esto. Una cosa es usar glifosato para evitar los yuyos que crecen entre las baldosas de los patios y otra aplicar 200 millones de litros por año en 17 millones de hectáreas, porque no se puede simular en un laboratorio un experimento de semejantes dimensiones, es imposible. Y sin embargo es lo que está sucediendo", explicó ante una audiencia que superó ampliamente el centenar de personas en la sala del Subsuelo del Pabellón Argentina.

Andrés Carrasco, autor de la investigación sobre los efectos del glifosatoSobre las críticas

Desde que dio a conocer su trabajo en un medio gráfico nacional, Carrasco enfrentó una batería de críticas, algunas desde la propia comunidad científica -incluso del propio ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, quien señaló que el trabajo no estaba validado por Conicet-, otras procedentes de las entidades que nuclean a empresas agropecuarias.

El eje de esos cuestionamientos gira en torno a la ausencia de la publicación de su estudio bajo el formato de paper, el tipo de ensayo escrito que en el ámbito académico se utiliza para divulgar las conclusiones de una investigación científica.

"Los resultados están allí -subrayó señalando su portafolios-, en una presentación de 65 diapositivas". La afirmación, con un explícito tono de ironía, buscó responder sucintamente a quienes desde hace tiempo reclaman acceso al trabajo que, tal como adelantó su autor, será presentado oficialmente en un congreso que se llevará a cabo próximamente en Estados Unidos. El científico se sinceró: "No voy a ganar el premio Nobel por este paper. Lo más relevante no es la publicación, sino que sepamos que esto está ocurriendo".

Reconoce que su descubrimiento tuvo un impacto mucho mayor del que hubiera deseado y consideró que no hubo serenidad en su tratamiento, tanto a nivel público como privado. "Hubo actos incorrectos e improcedentes, que indicaron un elevado nivel de agresividad. Son los gajes del oficio: evidentemente había una caja de Pandora cerrada y se abrió", analizó. Y completó: "Lo que descubrí es una alerta sobre aquello que deberíamos comenzar a analizar. Cada uno, en cada lugar, tiene responsabilidades; la mía fue que esto se conociera".

Entre las razones que lo impulsaron a realizar los experimentos, Carrasco enumeró los relatos que recabó en poblaciones de diferentes puntos del país y que aludían a índices elevados de enfermedades como el cáncer, abortos espontáneos y embarazos anembrionarios, que en general se presentaban en zonas cercanas a superficies tratadas con agroquímicos. "Como científico, escuché que existían ciertos problemas en determinados lugares, que se repetían y comenzaban a aparecer en los medios, hasta que un día decidí probar".

Una de las preguntas que con mayor frecuencia ha tenido que responder en las últimas semanas el científico, indaga sobre si las conclusiones del experimento efectuado con embriones anfibios son transpolables al ser humano.

Sobre este punto, Carrasco recordó que modelos de anfibios, aves y mamíferos son utilizados para comprender alteraciones en el desarrollo y muchos han permitido entender casos que se observan en la clínica. "Los mecanismos de desarrollo en los vertebrados (anfibios, aves y mamíferos, entre los que se cuenta el ser humano) son altamente conservados; es decir, si observo en alguno de ellos indicios de que existen problemas en el desarrollo embrionario, rápidamente puedo inferir que también puede ocurrir en el resto de los vertebrados. Lo digo absolutamente, porque fui uno de los que comencé a considerarlo años atrás e hice contribuciones que lo demostraron", puntualizó.

 

Cuadratín G3  CARRASCO EN POCAS LÍNEAS   

Es graduado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), aunque nunca ejerció como profesional de la salud. Formó parte del directorio del Conicet y actualmente es director del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA. Siempre se dedicó a la investigación, primero en esa casa de altos estudios y luego en el exterior. A mediados de la década del 80 descubrió -como parte de un equipo de científicos- que el desarrollo embrionario de todos los vertebrados tienen básicamente la misma mecánica y usa los mismos programas genéticos.

 
Cuadratín G3  PALABRA DE CIENTÍFICO    

– "Nadie había probado depositar glifosato en el interior de una célula. Y hasta donde entiendo, los químicos actúan entrando en células, sean vegetales o animales, para tener un efecto biológico".

– "Mi fortaleza es que las dosis que utilizo son demasiado bajas para no generar una alerta".

– "Encontré lesiones cefálicas importantes y en algunos casos malformaciones craneales. No dejé llegar a adultos a los animales, pero fue posible observar los primeros efectos en la organogénesis (formación de órganos y estructuras): sistemáticamente apareció un compromiso de la formación del cráneo, la parte facial especialmente. Estoy hablando de porcentajes altos, 80 por ciento aproximadamente, porque cada embrión es un experimento, cada uno es un dato".

– "Todos sabemos que la soja no es un alimento como el trigo, sino una mercancía. Entonces, hay un modo de producción que ya no produce alimentos, sino mercancías. Me interesa profundizar en la necesidad de revisar qué estamos haciendo desde nuestros lugares".    

– "Hoy, los recursos naturales son las nuevas formas de control social. Ya no hacen falta los marines, basta apropiarse de los recursos o, menos aun, de la manera de manejarlos, usarlos e imponerle a las sociedades la tecnología para explotarlos".

– "Ustedes sabrán que representantes de una cámara empresaria se introdujo en mi laboratorio a los pocos días de difundidos los resultados y exigieron que se les mostraron los resultados. La Academia aquí presente sabrá que eso fue un acto de allanamiento y coerción a la libertad académica".

 

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Fecha de publicación: 9 junio, 2009