Las virtudes terapéuticas del yuyito

Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha recurrido a las plantas y sus propiedades terapéuticas para tratar sus dolencias. A pesar de los adelantos de la ciencia médica, nunca falta un abuela o una tía que recomienda un te de yuyos para el empacho o alguna otra infusión sanadora.

¿Cuánto hay de cierto en este conocimiento popular que se transmite de generación en generación? Para echar un poco de luz en torno a estos medicamentos naturales o fitoterápicos, Adriana Pacciaroni, docente de la Facultad de Ciencias Químicas acercó a Cuatrociencia la propuesta “La botica de la abuela” o farmacia verde.

De antemano aclara que no todas las plantas tienen usos medicinales y que el stand presenta al público algunas de aquellas sobre las que se conoce que “tienen un principio activo con una acción terapéutica comprobada científicamente y se sabe fehacientemente que no producen reacciones adversas”.

Así, la Carqueja (para el mal de hígado), la Cola de Caballo (como diurético o astringente) y la Pezuña de Vaca (para la diabetes), entre otras, cobran protagonismo como hierbas con propiedades fitoterapéuticas corroboradas científicamente, algunas de las cuales pueden conseguirse en las farmacias en distintas formulaciones (comprimidos, gotas).

En algunos casos, cuando los medicamentos naturales entran al circuito comercial de la industria farmacéutica, conservan el nombre de la planta, como la Carqueja, “pero en el caso del ácido salicílico –la aspirina-, ésta salió de una especie de Sauce que no crece en el país”, aclara Pacciaroni y añade: “Cuando descubrieron cuál era la estructura química del principio activo, la sintetizaron en el laboratorio y ya dejaron de usar el Sauce como materia prima para la elaboración de aspirina. Algo similar ha ocurrido con casi todos los principios activos que se extraen de las plantas”.

Farmacia natural

La cafeína y los amargos

Así como existen medicamentos naturales, también “hay diversas estructuras químicas similares entre sí en la naturaleza, que la gente no siempre conoce”, indica Pacciaroni. Tal es el caso de la cafeína, que está presente, en mayor o menor medida, tanto en el té y en el café, como en el chocolate. “Si una persona consume durante el día un café, luego un té, a la tarde come un chocolate y además ingiere una bebida energizante, está consumiendo una cantidad de cafeína que antes no era tenida en cuenta y que puede generar alguna afección”, apunta la química. Es que la cafeína, en dosis bajas tiene un efecto estimulante y diurético, pero en dosis mayores puede provocar insomnio, ansiedad y problemas gástricos, entre otros.

Según cuenta Pacciaroni, todos los amargos aparecieron en un principio como aperitivos que la gente de campo preparaba macerando una mezcla de hierbas como la Melisa, el Tomillo, la Carqueja, entre otras. Esta maceración podía hacerse a base de alcohol o de agua.

“Así surgieron los amargos con y sin alcohol. Entre los primeros está el fernet que siempre se toma después de las comidas con un poquito de soda; con coca no es digestivo”, aclara y continúa: “También está la Hesperidina, y el Cynar que es una mezcla de 13 hierbas con la predominancia del Alcaucil".
 

Superman y la kriptonita nada tienen que ver con el Kriptón

Kriptón no es sólo el planeta en el que nació Superman. Ni Polonio remite exclusivamente a un balneario uruguayo. Lo mismo que el Americio y el Europio no hacen referencia a dos continentes en algún lenguaje arcaico y desconocido. Con sus singularidades cada uno de ellos forma parte de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos(*).

El Kriptón es un gas noble, inodoro e insípido de poca reactividad que se aplica al llenado de lámparas fluorescentes junto al Argón, así como en diversos aparatos electrónicos.

El Polonio, por su parte, es un metaloide, es decir, un elemento que combina propiedades de los metales (conductores) y de los no metales (no conductores) De esta manera, los metaloides son semiconductores y transmiten la corriente eléctrica en un solo sentido. El Polonio es uno de los elementos químicos más perjudiciales para la salud por su reactividad química y su radiactividad. Fue descubierto por Marie Curie en 1898 y debe su nombre a Polonia, el país natal de la científica.

El Europio pertenece al grupo de los lantánidos (debe su nombre al Lantano) y el Americio al de los actínidos (debe su nombre al Actinio). Ambos son considerados como parte de las tierras raras y pertenecen al grupo de elementos de transición interna.

(*)Adriana Pacciaroni organizó también el stand de la “Tabla Periódica” con la idea de acercar a los adolescentes este contenido básico de la enseñanza de la química de una manera más amigable. La propuesta incluye una “tabla” gigante en la que además de los datos físico-químicos de cada elemento, el público puede conocer sus usos y la historia de su descubrimiento.

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Fecha de publicación: 10 abril, 2013