Adrián Paenza: “No ingresé a la Universidad para estudiar matemática”

En mayo retorna a la pantalla de Canal 10 el ciclo “Los Invitados”. Con producción de la Prosecretaría de Comunicación Institucional de la UNC, la serie propone un diálogo con personalidades distinguidas del ámbito científico, político, artístico y cultural que visitan la Casa de Trejo.

En el primer envío, el director del Observatorio Astronómico de Córdoba, Diego García Lambas, conversará con Adrián Paenza, quien recientemente estuvo en Córdoba para el cierre de la megamuestra Cuatrociencia y recibió el premio “Cultura 400 años de la UNC”, por su trayectoria académica y periodística. En los párrafos que siguen, un extracto del diálogo que ambos mantuvieron.

¿Cómo surgió tu vocación?

Supongo que tuvo que ver con el contexto en el que me desarrollé. Ninguno de mis padres pudo completar sus estudios. Mi padre llegó hasta tercer año de Filosofía y mi madre –una inmigrante polaca– se preparó como pudo para estudiar como contadora y ejercía como tal sin serlo. Pero ambos se preocuparon por proveernos a mi hermano y a mí de una buena educación.
Fue un inicio muy importante, porque con el tiempo entendí cada vez más que todo niño nace con un grupo de habilidades o destrezas. El problema es que no necesariamente todos están expuestos a un menú de posibilidades para decidir qué es lo que más los atrapa. Tuve ese privilegio. Junto a mi hermano, mis padres nos dieron la alternativa de elegir y nos prepararon para eso con una fuerte formación que tenía que ver con la educación pública, gratuita, laica, obligatoria.

¿Cuándo te decidiste por estudiar matemática?

No ingresé a la Universidad para estudiar matemática. En 1964, por la mañana cursaba el quinto año en el Colegio Nacional Manuel Belgrano y por la noche asistía al curso de ingreso de la Universidad. Fui con la idea de estudiar Química. Las dos primeras materias del primer cuatrimestre eran Matemática y una mezcla entre Biología y Geología. Con las primeras clases de Matemática quedé muy impactado y le comenté a mis viejos –yo tenía 14 años y vivía con ellos– que eso era lo que quería estudiar.
Para eso se dieron una cantidad de circunstancias: los docentes de ese momento, su calidad y cómo nos estimulaban. Empezábamos a las ocho de la noche y terminábamos tarde, pero tenían ese deseo por comunicar y hacernos pensar que me conmovió y me hizo cambiar de idea.

¿Cómo llegaste a relacionarte con la difusión de la ciencia?

Tuvo mucho que ver Claudio Martínez (su productor televisivo). A principios de 2002, cuando hacíamos el programa “Periodistas”, avisé que al terminar el contrato viajaría a Estados Unidos. Claudio me peguntó si me interesaba hacer un programa sobre ciencia. Le dije que me daban ganas pero en la medida que no interfiriera con la experiencia que quería hacer afuera. En ese momento tenía 52 años y quería confrontar con otras culturas, otros medios. Así fue como surgió Científicos Industria Argentina, programa que ya va por la undécima temporada. Si hay un mérito, corresponde a él.

¿Qué papel le asignás a la educación pública?

La distribución de la riqueza material en el mundo es injusta, y lo mismo ocurre con la riqueza intelectual. Tuve el privilegio de nacer en un lugar donde se me dieron las condiciones para poder desarrollarme y eso no está equiparado para todo el mundo. Por eso la educación tiene que ser gratuita, obligatoria y estar al alcance de todos, porque es la única manera de igualar para arriba. De lo contrario se genera un bache y hay ciertos derechos humanos que son básicos y el Estado debe garantizar: la educación es uno de los más importantes.

¿Creés que Argentina está empezando a dimensionar la potencialidad de la ciencia como motor de desarrollo?

Néstor Kirchner me dijo una vez que se ocuparía de que los becarios del Conicet ganaran más dinero.
En aquel momento –él recién había asumido como Presidente–, ni siquiera pensé que eso estuviera en la agenda. En diciembre de 2003, los becarios cobraban 800 pesos, cuando volví a verlo en marzo de 2004, me dijo que había hecho algo: les había aumentado a 1.200 pesos.

No fue suficiente, nunca lo es, pero cuántos aumentos del 50 por ciento reciben los trabajadores del Estado de esa manera, sin una carpa blanca reclamando frente a la Casa Rosada. Eso fue un síntoma de que algo le importaba al Poder Ejecutivo. Yo no era kirchnerista y me fui dando cuenta con el tiempo de que él y su mujer empezaron a hacer cosas a las que no se habían comprometido, como la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Lo que está pasando es muy significativo. Este gobierno va a pasar, pero se han sentado las bases. A quienes vengan en el futuro les costará mucho trabajo no invitar a la ciencia a la mesa. El anuncio reciente de que Argentina se prepara para llevar a 1.65% la inversión del PBI en ciencia, tecnología e innovación es maravilloso, por lo que significa para impulsar al país, hacerlo independiente y mejorar nuestras condiciones.

ADN matemático

Adrián Paenza se licenció y doctoró en Ciencias Matemáticas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y actualmente es Profesor Asociado por concurso en el Departamento de Matemáticas de esa casa de estudios.

En el campo profesional, se desempeñó en distintos programas de diversas radioemisoras y canales televisivos de Buenos Aires. Escribió columnas en el área de Matemática en los periódicos Clarín, La Nación y Olé, en las revistas XXI, XXII Y XXIII, y en la actualidad en Página12.

Es conductor del ciclo "Científicos Industria Argentina", dedicado a la difusión de la ciencia en el país. El programa lleva más de diez años de emisión por Canal 7 de Buenos Aires. En materia televisiva, Paenza también protagonizó programas en los canales "Encuentro", "Tecnópolis TV" y "Paka Paka".

Es autor de diversos libros relacionados con la Matemática, que fueron traducidos al portugués, al alemán, al italiano, al checo, al ruso, al croata y al hebreo.

Recibió el Premio "Martín Fierro" en diversas oportunidades por sus trabajos en el periodismo dedicado al fútbol, al básquetbol, a la política y a la ciencia. En 1997 obtuvo el Premio "Konex" en la categoría Deporte Audiovisual; y en 2007 el Konex de Platino a la Divulgación Científica. Recientemente, la Universidad Nacional de Córdoba lo distinguió con el premio “Cultura 400 años de la UNC”.

Participó en la creación y dirección de la Fundación "Ernesto Paenza", dedicada a la difusión de la Matemática, y organizadora de la prueba anual “Competencia Ernesto Paenza”, que se realiza cada año con la participación de estudiantes universitarios de Argentina y Uruguay.