Invertirán 21,5 millones de pesos en una unidad de investigación y diagnóstico del cáncer en Córdoba
El proyecto busca integrar el conocimiento científico con la atención clínico-asistencial mediante la aplicación de algunas tecnologías de punta. Es impulsado por el Hospital Nacional de Clínicas, dos institutos de investigaciones de Córdoba con doble dependencia (Conicet-UNC), alojados en la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC y la Fundación para el Progreso de la Medicina. La iniciativa contempla aplicar estándares internacionales en la realización de ciertos análisis bioquímicos, la creación de un banco de tumores y la búsqueda de biomarcadores que ayuden a detectar tempranamente y diagnosticar con mayor precisión patologías oncológicas. Prevén que comience a funcionar en mayo de 2016. En una primera etapa, el foco estará puesto en casos de cáncer de mama y leucemias. [11.11.2015]
En Argentina, la principal causa de muerte en personas de entre 40 y 64 años son los tumores malignos, que también representan el segundo motivo de fallecimiento para la franja de población cuya edad oscila entre 5 y 39 años o supera los 64 años, según datos del Instituto Nacional del Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.
Cada año, el Hospital Nacional de Clínica (HNC), dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, atiende alrededor de 300 nuevos casos de cáncer de mama y más de 150 nuevos casos de otros tumores sólidos y oncohematológicos.
Con el objetivo de potenciar numerosas acciones que ya venían desarrollando en el campo de la oncología, el nosocomio universitario, el Centro de Investigaciones en Bioquímica Clínica e Inmunología (Cibici) y el Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (Ciquibic) –ambos de doble dependencia (UNC-Conicet) y alojados en la Facultad de Ciencias Químicas–, junto a la Fundación para el Progreso de la Medicina, una organización sin fines de lucro, conformaron un Consorcio Asociativo Público-Privado (Capp) denominado “Consorcio de Exploración Traslacional en Oncología–Córdoba” y se presentaron a la convocatoria de financiamiento del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Su propuesta fue crear una “Unidad de Exploración Traslacional en Oncología Clínica” (Uetoc).
La idea de fondo es integrar la investigación científica básica con la atención médica clínico-asistencial mediante la aplicación de tecnologías de avanzada para mejorar, como meta final, la atención de los pacientes con cáncer y patologías asociadas. Esto implica el desarrollo de tres líneas de trabajo. Por un lado, la aplicación de estándares internacionales en la realización de análisis indispensables para el diagnóstico y seguimiento de las patologías oncológicas. Por el otro, la creación de un banco de tumores que proporcione a los científicos las muestras necesarias para avanzar en sus investigaciones. Y por último, la búsqueda de nuevos biomarcadores en cáncer, esto es, indicadores biológicos que ayuden a detectar tempranamente la enfermedad. En todos los casos, la formación de recursos humanos con un enfoque clínico-científico-asistencial es una de las metas importantes propuestas.
El proyecto fue seleccionado en el marco de la convocatoria «Proyectos Biotecnológicos de Investigación Traslacional» que lanzó en 2013 el Fonarsec, dependiente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación). De un total de 26 presentaciones, esta propuesta es una de las ocho que finalmente fueron financiadas bajo esta herramienta y constituye la única conformada en su totalidad por entidades del interior del país (resolución 261/14 de la ANPCyT). Recibirá 15 millones de pesos y los 6,5 millones restante serán aportados por las instituciones integrantes del consorcio, a través del pago de los salarios a los equipos de trabajo y el costeo de las obras de infraestructura necesarias. Se prevé que la Uetoc comience a funcionar en mayo de 2016, cuando estén instalados los nuevos equipos, cuyo proceso de adquisición ya se encuentra muy avanzado.
Para Germán Gil, uno de los miembros del equipo cordobés e investigador del Ciquibic, uno de los “factores de relevancia para que el proyecto resultara elegido fueron las experiencias de colaboración que desde hace años mantienen los grupos científicos y los médicos del HNC, que ha permitido algunos avances significativos en la comprensión de los mecanismos involucrados en el desarrollo del cáncer”.
En cuanto a su estructura organizativa, el Capp cuenta con un Consejo Administrativo presidido por el Director Técnico y el Responsable Administrativo del proyecto, más dos representantes provenientes de cada una de las tres entidades que conforman el consorcio. “Este organigrama de funcionamiento del Capp da sustentabilidad y previsibilidad al proyecto, garantizando que se cumplan los objetivos que se proponen alcanzar, a través de la conformación de tres grupos de trabajo conformados por médicos del HNC e investigadores y profesionales de los institutos del Conicet y la Fundación para el Progreso a la Medicina” explica Gustavo Chiabrando, investigador del Cibici y responsable Administrativo del proyecto.
La ciencia al servicio del paciente
La Uetoc funcionará en el HNC, que inició una serie de reformas edilicias necesarias para albergar parte de la nueva aparatología. De todos modos, por sus características especiales y la necesidad de personal especializado en su manejo, algunos equipos serán instalados en diferentes laboratorios de la UNC y en la Fundación para el Progreso de la Medicina. Hasta el presente, el consorcio cordobés ya destinó el 80% de los 15 millones de pesos aportados por el Fonarsec a la compra de estas unidades de última tecnología.
El espíritu del proyecto es que los conocimientos biotecnológicos disponibles en el ámbito científico-académico se integren a las prácticas clínicas. “Quienes hacemos investigación básica tenemos al día las nuevas técnicas de biología molecular y celular que permiten un diagnóstico más certero. Y no siempre los médicos tienen la oportunidad de formarse en esas áreas porque están muy dedicados a la parte clínica. Este proyecto nos obliga a que comencemos a hablar un idioma común que nos permita a todos no solo avanzar en el conocimiento del cáncer, sino también transferir nuevos conocimientos a la atención de los pacientes”, explica Beatriz Caputto, investigadora del Ciquibic y directora de uno de los grupos de trabajo.
En una primera etapa, las acciones estarán enfocadas en casos de cáncer de mama y leucemias, dos áreas de relevancia en el HNC, pero la intención a futuro es diversificar la labor hacia otros tipos de tumores. Está previsto desarrollar en el corto plazo una serie de cursos de formación específica para los profesionales de la salud que participen en el proyecto.
Bajo estándares internacionales
Uno de los ejes que desarrollará la Uetoc es la implementación de los estándares internacionales EuroFlow para determinar con mayor precisión el tipo de cáncer de sangre que afecta al paciente, un dato fundamental para decidir su tratamiento.
A modo de ejemplo. Los glóbulos blancos que circulan en la sangre son células del sistema inmunológico, encargadas de defender al organismo de las enfermedades. Cuando una persona padece leucemia, aparecen en la superficie de estos glóbulos blancos ciertos componentes anormales, que pueden ser detectados mediante anticuerpos que se adhieren a ellos. La detección de estos anticuerpos utilizando tecnología de última generación, permite confirmar la presencia de una célula tumoral.
El problema es que por las características de la metodología utilizada actualmente, la interpretación de los resultados tiene una carga subjetiva, porque depende de quién realiza el análisis y qué anticuerpos utiliza.
Los estándares EuroFlow aportan exactitud y ayudan a minimizar ambigüedades, ya que contempla un protocolo donde se establece qué reactivo utilizar, qué anticuerpo y el tiempo de incubación, entre otras variables. De esta manera, se logra mayor sensibilidad y especificidad al momento de identificar el tipo de patología. Aun así, quizás la principal ventaja radique en la posibilidad de comparar la información obtenida de estos análisis con una base de datos de parámetros mundiales aportados por un consorcio de 20 laboratorios de Europa.
Cecilia Rodríguez, del laboratorio de Oncohematología del HNC, explica la importancia de reducir subjetividades con un ejemplo: “En el caso de leucemias, es muy importante diagnosticarlas correctamente y hacer el seguimiento. Uno de los parámetros más relevantes que se evalúa es la carga tumoral, es decir, la cantidad de enfermedad remanente al día 15 después del tratamiento. El resultado de ese estudio puede dar valores totalmente distintos en diferentes laboratorios, porque depende de cómo se hace el análisis. Por eso es importante estandarizar”.
Actualmente sólo un par de laboratorios aplican las normas EuroFlow en Argentina, pero será la primera vez en Córdoba. “La aplicación de estas normas no solo mejorará el diagnóstico y seguimiento de los pacientes con leucemia, sino también facilitará la realización de investigación clínica en Oncohematología en el HNC, aplicando tecnología de última generación. Todo esto incrementará la formación de recursos humanos en el HNC, aprovechando la experiencia de los científicos de los institutos de Conicet” señala Pablo Iribarren, investigador del Cibici y director de otro de los grupos de trabajo.
Un biobanco de tumores
En términos simples, el biobanco será un depósito de muestras tumorales. Su finalidad principal es servir como sustento para la investigación científica abocada al descubrimiento de nuevos indicadores relacionados al cáncer.
Actualmente, las muestras de sangre se obtienen mediante punciones en las venas o la médula, y en el caso de los tumores sólidos mediante biopsias. Siguiendo las normas de bioseguridad, esas muestras son analizadas inmediatamente y el remanente se almacena a -20°C. La propuesta de los impulsores del proyecto es conservarlas en freezers especiales (-80°C) y en termos de nitrógeno (-120°C), que estarán instalados en la Uetoc.
El objetivo es que la información de cada muestra quede registrada en un archivo digital mediante un código de barra, que a su vez estará asociado a la historia clínica del paciente. “La nota distintiva de esa línea de trabajo es la decisión de incorporar al biobanco el actual archivo del Hospital de Clínicas, que cuenta con un capital de muestras conservadas desde 1913”, comenta María Elisa Cabalier , médica del HNC y responsable de uno de los grupos de trabajo.
“El futuro del tratamiento de un paciente oncológico va hacia una terapia personalizada. Si bien un grupo de personas puede tener cáncer mamario, no necesariamente todas responden de la misma manera al tratamiento. Hoy, la terapia convencional tiene mayor éxito en unos individuos y menor en otros. La idea es buscar por qué sucede esto. El banco de tumores nos ayudará, ya que permitirá estudiar cuáles son las consecuencias de aplicar una u otra terapia”, apunta Gerardo Gatti, del área de Investigación de la Fundación para el Progreso de la Medicina, organización que también aportará muestras para el biobanco.
Nuevos biomarcadores
El tercer eje del proyecto estará abocado a la búsqueda de biomarcadores tumorales mediante investigación básica. Se trata de identificar marcadores biológicos que permitan inferir la presencia de cáncer, o bien la predisposición a desarrollar cuadros oncológicos. Por ejemplo, ciertas proteínas o mutación en determinados genes funcionan como biomarcadores.
Cecilia Rodríguez lo detalla: “A pacientes con leucemia linfática crónica se les realiza un estudio para determinar si ciertos genes tienen hipermutación o no. En el primer caso, el pronóstico es muy bueno y el paciente tendrá una sobrevida igual a la de un individuo sano de su misma edad. Para nosotros, la hipermutación es un biomarcador”.
Su importancia es crucial, ya que los biomarcadores sirven tanto para el diagnóstico, como para el pronóstico y el tratamiento. En este sentido, son muy versátiles.
Finalmente, sobre la relevancia del proyecto impulsado por el consorcio público-privado, Rodríguez apunta: “Los avances logrados en los últimos 20 años en investigación básica generaron un cambio absoluto en el tratamiento del cáncer y la expectativa de vida del paciente. Varias décadas atrás, una persona con leucemia mieloide crónica evolucionaba, luego de cinco años, hacia una fase terminal aguda y fallecía. Cuando se descubrió el problema genético que la ocasionaba, se desarrollaron terapias específicas contra ese gen. Desde que existe la droga específica, esos pacientes viven 20 años o más. Gracias a la investigación básica, algunos cánceres se transformaron en una enfermedad crónica”.
Complementariamente, está previsto dotar al HNC con un sistema informático, que permita la gestión electrónica de las historias clínicas de los pacientes.
Responsable ante la ANPCYT | Gustavo Chiabrando – Cibici / Facultad de Ciencias Químicas
Grupos de trabajo
El proyecto prevé la constitución de tres equipos –donde convergerán investigadores, médicos y profesionales– que trabajarán transversalmente durante las distintas etapas previstas.
Exploración traslacional en Oncohematología
Responsable por el HNC: Cecilia Rodríguez
Director I+D: Pablo Iribarren
Biobancos y Bioinformática
Responsable por el HNC: María Elisa Cabalier
Director I+D: Gerardo Gatti
Exploración traslacional en Oncología
Responsable por el HNC: Héctor Ferreyra
Director I+D: Beatriz Caputto
Recursos | Descargar las fotografías en alta resolución
Fecha de publicación: 11 noviembre, 2015