Crean recurso para revalorizar la flora de zonas incendiadas de Córdoba

Investigadores de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC publicaron un libro que describe el comportamiento de los pastos posfuego de las sierras cordobesas. La herramienta aporta conocimientos para la elaboración de modelos predictivo-productivos y para estimar los procesos de sucesión de la flora en áreas afectadas por incendios forestales [13.10.2016] 

Por Pablo Carrizo
Redactor UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
pablo.carrizo@unc.edu.ar

Un estudio reciente determinó que entre 1999 y 2013, los incendios afectaron 657 mil hectáreas de las sierras cordobesas. Durante ese período, el área más dañada fue la de las Sierras Chicas –que comprende Carlos Paz al sur, Ascochinga al norte, la Cumbre al oeste y Colonia Caroya al este–, donde las llamas alcanzaron el 36,2 % de la superficie. (Ver En 14 años, los incendios afectaron 657 mil hectáreas de las sierras cordobesas)

Con el propósito de aportar un recurso concreto para revalorizar la flora de los ambientes deteriorados por el fuego en esa zona de la geografía provincial, un equipo de investigadores de la UNC publicó el libro “Pastos posfuego de las Sierras de Córdoba. Guía de Campo”.

El trabajo aporta un catálogo con 90 fichas cada una de las cuales describe con exhaustividad especies, subespecies, variedades y formas de pastos que se recuperan o crecen espontáneamente en zonas afectadas por el fuego.

Además de la información morfológica integral, cada registro incluye descripciones sobre aspectos referidos al comportamiento de cada planta en relación a los incendios forestales.

Silvia Patricia Gil, directora del proyecto de investigación en el que se enmarca la publicación del libro, expresa: “Para revalorizar la flora en los ambientes posfuego, es necesario conocer las especies desde el punto de vista taxonómico y caracterizarlas también desde el punto de vista externo e interno. El trabajo implica no solamente ver cómo se multiplican y se regeneran después del fuego, sino también ver cómo se comportan a lo largo del tiempo”.

Sobre el valor de la información sistematizada, Elsa Fuentes, investigadora que dirigió el proyecto hasta 2015, complementa: “El conocimiento de las especies es la piedra basal para saber cuál es la materia prima, cómo se comporta y cómo la podemos aprovechar sin provocar daño en el ambiente”.

“El proyecto en su totalidad apunta a la preservación de la biodiversidad. Enfatizamos esta búsqueda en las especies que son de interés para el hombre, ya sea por cuestiones ornamentales o productivas, desde una perspectiva sustentable”, agrega Fuentes.

Revalorizar la flora con especies nativas

La publicación del libro significa un paso que, por un lado, recoge datos integrales de un proceso de investigación que tiene diez años de desarrollo, y por otro lado, sienta bases para delinear acciones eficaces hacia la regeneración de especies nativas en zonas que han sido afectadas por incendios.

Entre las acciones específicas que sugieren los investigadores, se destacan dos. La primera, ofrecer recursos para que los productores conozcan el comportamiento de pastos con potencialidad forrajera. La segunda, promover la siembra de especies nativas en las zonas afectadas por incendios.

En el primer caso, esa acción permitiría optimizar procesos productivos desde una perspectiva sustentable. En el segundo, contribuiría, además, a la conservación del ecosistema y su equilibrio, para mejorar el rendimiento de los procesos de regeneración, ya que el recurso autóctono prospera sin requerimientos extras.

Lucas Carbone, ingeniero agrónomo e integrante del proyecto, lo precisa: “Las especies nativas tienen la ventaja de que ya están adaptadas a las condiciones del ecosistema. Mientras que las especies exóticas, si bien pueden adaptarse a las condiciones del medio, invaden y modifican un equilibrio preexistente”.

Una de las dificultades que los investigadores advierten, es la carencia de pooles de semillas de especies autóctonas que estén al alcance de los productores. “Generalmente, los productores tienen más a mano, en cantidad, semillas de especies exóticas, por eso optan por resembrar las zonas afectadas por incendios con especies que luego invaden el ecosistema”, ejemplifica Stella Pons, miembro del equipo.

Converger para potenciar las investigaciones

El trabajo de investigación en el que se inscribe la producción del libro sobre pastos posfuego, es la continuación de dos proyectos que vienen desarrollándose hace una década: “Regeneración de especies vegetales y diversidad florística en áreas de las Sierras Chicas de Córdoba afectadas por incendios (2008 – 2015)”, y “Revalorización de la flora autóctona del centro de Argentina mediante la domesticación de Asteráceas nativas con fines ornamentales”, entre otros (2012 – 2015)”.

“Una de las particularidades del proyecto actual es que hemos unido esfuerzos con un grupo de docentes e investigadores de la facultad. Se trata de una apuesta institucional por vincular líneas de investigación similares, para potenciar lo que cada uno venía estudiando”, pondera Fuentes.

En el proyecto participan docentes, investigadores y miembros del herbario ACOR de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNC.

Sobre el libro
Título | PASTOS. Posfuego de las Sierras de Córdoba. Guía de campo. Ecoval Ediciones, Córdoba, Argentina. ISBN: 978-987-4003-04-1. Año: 2016.
Autores | Jewsbury G., M.J. Loyola, L.M. Carbone, M.E. Carreras, J.E. Martinat, S.M. Pons, M.A. Castillo Moine & E. Fuentes.
Sobre el proyecto
Título | “Flora autóctona de la región central de Argentina con interés ornamental y forrajero. Conservación y revalorización”.
Directora | Silvia Patricia Gil.
Codirectora | Jimena Martinat.
Integrantes | Irene P. Argüello, Lucas Carbone,  Marta Carreras, Maía M. Cerana,  Elsa Fuentes, Carlos Kubach,  María Elena Reyna, Melisa A. Marinsaldi, María José Loyola. Estudiantes: Gimena Bustamante y Andrés Barrionuevo.
Sede | Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.

Sobre el herbario ACOR

En 1996, a partir de las gestiones realizadas por su primera Directora, Ana María Planchuelo, el herbario fue institucionalizado y registrado bajo el acrónimo ACOR en el Index Herbariorumdel New York Botanical Garden; con posterioridad, también fue incorporado a la Red Nacional de Colecciones Biológicas.

Desde el momento de su creación, el Herbario ACOR se propuso ser un centro de investigaciones botánicas y de evaluación de especies nativas desde todos los aspectos de sus usos y propiedades, de manera de revalorizar el patrimonio regional y por ende nacional del germoplasma autóctono.

En la actualidad posee alrededor de 20.000 especímenes correspondientes a ejemplares recolectados principalmente en su hábitat natural y, en menor medida, a ejemplares de materiales cultivados en ensayos productivos o experimentales. Entre ellos se encuentran representantes de helechos, gimnospermas y angiospermas, que en su mayoría están montados y aproximadamente un 60% están identificados.

Como parte de su organización merecen mencionarse las colecciones especiales de plantas forrajeras, malezas, plantas melíferas, plantas medicinales y muestras de drogas crudas comercializadas en Córdoba, y plantas nativas con potencialidad como ornamentales. Las mismas fueron realizadas como soporte para el desarrollo de trabajos de investigación y de tesis de posgrado en el campo de la etnobotánica y de la identificación de semillas de importancia agronómica.

El herbario ACOR tiene como objetivo general mantener y desarrollar una colección de la flora de la región central de Argentina con énfasis en la provincia de Córdoba y de aquellas especies que son evaluadas en estudios botánicos y agronómicos que se llevan a cabo en esta u otras instituciones (Carbone, L.M. & E. Fuentes. 2014. El rol del herbario ACOR en la comunidad: colección, ciencia y educación. Nexo agropecuario 2(1-2): 20-25).