El legado afro que la arqueología no supo ver

La Noche de los 200 años | El 8 de julio, los museos de la UNC abrirán sus puertas de 20 a 2 de la madrugada. Será una “noche de vigilia” para conmemorar el Bicentenario de la Declaración de la Independencia. Habrá visitas guiadas, expresiones culturales (teatro, música, instalaciones, performances, video-arte) y experiencias lúdicas relacionadas a las colecciones que posee cada museo. En esta nota, la historia de una particular colección de piezas de cerámica realizadas por africanos esclavizados en el actual territorio argentino. [05.07.2016]

Por María José Villalba
Redactora UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
maria.jose.villalba@unc.edu.ar

A pesar del esfuerzo de algunos historiadores para demostrar la presencia afro en el país y a la existencia de estudios que probaron que alrededor del año 1800, en ciudades como Buenos Aires, más del 30% de la población descendía de africanos, durante muchísimo tiempo los argentinos se vieron a sí mismos como un pueblo homogéneamente blanco, construido a partir de una variedad de raíces europeas armónicamente integradas.

La política nacional instrumentada entre fines del siglo XIX y principios del XX, dirigida a construir la identidad del país, colaboró en este sentido negando la presencia y las contribuciones del colectivo africano. Esto implicó que la población negra fuera invisibilizada por la oleada de inmigrantes europeos y que su participación en la historia nacional sufriera un proceso similar.

Del mismo modo, entre 1930 y 1980 la arqueología ignoró la existencia de la cultura africana en Argentina. Un caso emblemático lo constituyó el descubrimiento fortuito, en la década del ‘30, de un cementerio afro en Arroyo Leyes, cerca de la ciudad de Santa Fe. Cientos de cuerpos fueron enterrados allí con alfarería datada entre fines del siglo XVII y principios del siglo XIX. Sin embargo, tuvieron que pasar 50 años para que se reconsiderara la importancia de estas piezas.

Un rasgo particular de estas piezas es su iconografía. Los motivos plasmados en las vasijas no guardaban relación con la iconografía utilizada por los pueblos originarios.

Los estudios sobre el terreno demuestran que era un cementerio de un asentamiento de esclavos liberados, es decir un quilombo. Los objetos de alfarería encontrada, constituían ofrendas de sepulturas, lo que en arqueología se conoce como el ajuar funerario. Se trataba de vasijas de sencilla manufactura y pobres en calidad, por lo que no eran utilizadas como recipientes, pero sofisticadas en sus formas y decoración.

La intuición de Serrano

En la actualidad, se conservan alrededor de 250 piezas completas de la cerámica encontrada en Arroyo Leyes. Sólo un 20% del total de objetos hallados logró subsistir a los embates de arqueólogos y aficionados de la época. La imposibilidad de relacionar los descubrimientos con las culturas arqueológicas locales nativas, sumado a los escasos estudios e investigaciones sobre el hallazgo, contribuyeron para que en 1937 las piezas de alfarería fueron declaradas falsas y muchos museos decidieran destruirlas.

A los dos rostros humanos que adornan frente y dorso, se le agregan rostros animales cuando se coloca la vasija de perfil.

Sin embargo, el arqueólogo entrerriano Antonio Serrano no tomó la misma determinación y, años después, se molestó en incluir algunos ejemplos de la alfarería de Arroyo Leyes en su Manual de Cerámica Indígena, un catálogo que da cuenta de la existencia de distintos tipos de cerámica aborigen en todo el país.

En 1941, Serrano fue nombrado director del Instituto de Arqueología, Lingüística y Folklore de la UNC, hoy Museo de Antropología, y entre los objetos que trajo consigo se encuentran las piezas de cerámica de Arroyo Leyes. De esta manera, el Museo de Antropología de la UNC, es uno de los pocos que conserva este tipo de alfarería actualmente.

Luego de casi medio siglo de silencio académico sobre el tema, en 1980 Alberto Rex González, antropólogo, arqueólogo y médico, afirmó que la alfarería encontrada en Santa Fe podía ser atribuida a grupos pos hispánicos en los que había presencia africana. Hasta ese momento, nunca antes en la arqueología argentina alguien había imaginado que los africanos podían haber creado sus propios objetos.

Esto es un quilombo

Una selección de estas vasijas que denotan a las claras la presencia de africanos en la Argentina, se constituirán en una exposición permanente del Museo de Antropología de la UNC a partir de “La Noche de los 200 años”, ocasión en la que serán presentadas al público por primera vez.

Las pipas eran las piezas más numerosas en el hallazgo de Arroyo Leyes, que es su mayoría fueron destruidas. Además del cuidado y dedicación en su trabajo, resultan de gran importancia porque permiten abordar los modos de interacción con otras comunidades.

Bajo el título “Esto es un quilombo. Legados afro: huellas, silencios y visibilidades”, el 8 de julio el museo pondrá en escena la presencia de lo afroamericano en Córdoba. La exposición mostrará la presencia africana en el territorio argentino a partir de la cultura material, de los objetos que reflejan las costumbres de estas comunidades, para contribuir a la visibilidad de los grupos de población que fueron sistemáticamente relegados por la historia oficial y por la arqueología tradicional.

El público podrá observar vasijas modeladas a mano, hechas sin torno, con poca oxidación durante la cocción. Se trata de piezas de ornamentación o usadas como tumbas funerarias. En su mayoría representan cabezas humanas toscas. Además hay piezas que representan animales grotescos o naturales como iguanas, peces o serpientes. Si bien no son piezas de calidad, se destacan por lo sofisticado de sus formas y decoración.

Fuentes
Mariela Zabala, antropóloga, Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba.
Arqueología Afro-argentina: un caso de miopía racista en el mundo académico al inicio del siglo veinte. Daniel Schávelzon (Centro de Arqueología Urbana, UBA) y Flavia Zorzi (Conicet e Instituto de Arqueología de la UBA).