El uso de WhatsApp puede mejorar las competencias lingüísticas de alumnos del secundario

Así lo sugiere una investigación realizada en la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba. A contramano de algunas posturas críticas sobre el uso del ciberlenguaje en las aulas, el estudio indica que los usuarios de la aplicación incrementan su exposición a la escritura, mejoran su capacidad de regular sus procesos de aprendizaje y desarrollan conciencia fonológica. El trabajo concluye, además, que el uso de la mensajería instantánea a través de WhatsApp estimula la creatividad lingüística y no empeora la ortografía de los usuarios. [09.05.2018]

Por Pablo Carrizo
Redactor UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
pablo.carrizo@unc.edu.ar

En Argentina, 8 de cada 10 personas mayores de 4 años utilizan celular, según un informe del Indec. La propagación de dispositivos tecnológicos, entre ellos los celulares, ha influenciado diferentes aspectos de nuestra vida, incluso el uso cotidiano del lenguaje.

Un nuevo fenómeno surgido en ese ámbito es la multiplicación del ciberlenguaje o lenguaje chat, un modo de lenguaje que surge mediante el empleo de dispositivos electrónicos, cuya principal característica no es su movilidad sino que sus usuarios se encuentran siempre conectados.

Frente a esa tendencia, una egresada de la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba desarrolló un trabajo final donde analizó el uso del ciberlenguaje mediante la aplicación WhatsApp en estudiantes secundarios en la ciudad de Córdoba.

Los resultados del estudio describen la utilización del ciberlenguaje en las aulas. Según las conclusiones, el uso de WhatsApp puede mejorar competencias lingüísticas de sus usuarios porque estimula el uso lúdico del lenguaje y la escritura creativa; porque mejora capacidades para regular procesos de aprendizaje; porque mejora la conciencia fonológica, y porque no empeora capacidades ortográficas.

“En la actualidad, debido a la instantaneidad, nos comunicamos con una prosa nueva, por lo que tenemos que considerar que las competencias tradicionales, específicamente las lingüísticas, están cambiando y están siendo reemplazadas por otros tipos de competencias, que tienen que ver con el uso de las nuevas tecnologías. De hecho, una competencia comunicativa que puede mejorar y habría que trabajar en las aulas, o tratar de poner en relieve, es justamente la pragmática», afirma Karina Vanzo, autora del trabajo final titulado “WhatsApp, la oralización de la escritura”.

En cuanto al concepto del error, la joven advierte que está siendo resignificado: Tanto los errores ortográficos, como los gramaticales o de sintaxis, se modifican, ya que el tipo de escritura deja leer las palabras como están escritas; por lo tanto, estamos ante la presencia de una nueva forma de escribir, que es perfectamente entendible”, agrega.

“En la práctica docente, tenemos la obligación de reflexionar sobre estos aspectos. Esta reflexión tiene que basarse en datos sobre la realidad en el aula y no en imaginaciones o creencias. Debemos trabajar a partir de la realidad próxima del alumno, que comprende, indiscutiblemente, este entorno lingüístico a través de las tecnologías”, completa.

Los emojis y la construcción de una identidad personal

El estudio sugiere que la utilización de lenguaje chat implica necesariamente, por parte de los usuarios, una buena capacidad cognitiva para dominar determinados usos creativos de la escritura móvil, es decir, deben saber diferenciar diferentes registros y tener conciencia de la diversidad de cada uno.

Siguiendo los conceptos de Daniel Cassany, el trabajo afirma que al leer y escribir mensajes en el móvil se incrementa la exposición de la escritura y, al utilizarse esta con audiencias reales, se fomenta la metacognición. Además, al simplificar el texto, se desarrolla la conciencia fonológica, es decir, se reconocen los sonidos del lenguaje hablado.

“De hecho, otra competencia que debiera incentivarse en los alumnos es la discursiva, ya que estamos trabajando con textos multimodales, los cuales son constructores de sentido en varias articulaciones, por lo tanto, hay que interpretar el significado que tienen todos esos elementos que rodean a la parte lingüística. Además, en los textos de chats la función fática es primordial, por esas interpelaciones a las otras personas mediante el uso del vocativo e interjecciones, entre otros”, explica Vanzo.

El trabajo permite afirmar que la utilización de una escritura que combina ideogramas (significantes visuales no verbales, como los emoticonos emojis), con letras y profusión de signos de puntuación, sirve para la construcción de una identidad personal.

“Hemos observado que los rasgos ortográficos, fonéticos, fonológicos, morfológicos y semánticos constituyen el soporte para vincular escritura con oralidad. Así, encontramos una ortografía variable, despojada de la norma, y al servicio de la expresividad”, especifica Vanzo.

En el marco de esa combinación de registros, las incorrecciones son aceptadas y entendidas como irrelevantes para el propósito comunicacional. Por eso, se concluye que los hábitos de escritura de los estudiantes en sus mensajes no cambian lo que saben (o no) de ortografía.

“La tecnología no empeora la ortografía de las personas. Desde siempre, con o sin teléfonos móviles o dispositivos, la buena ortografía procede del hábito de la lectura. Es importante reconocer que la aplicación WhatsApp es un espacio privado. Las nuevas tecnologías han conquistado un ámbito nuevo que antes la escritura no tenía: el de la informalidad. Se trata de una oralidad escrita y contextual que posibilita las conversaciones simultáneas, asincrónicas y de una multimodalidad. Abarca una extensión de nuestra competencia lingüística que entra mucho más en la cotidianidad y al alcance de todos”, agrega la autora del trabajo de investigación.

Del análisis se desprende que los usuarios pueden tener una alta capacidad para comprender y responder con cambios lingüísticos en una serie de turnos inmediatos, en una secuencia interactiva. Los usos lingüísticos que se emplean en el texto mayormente son intencionados para transmitir de manera breve e inmediata, acercando lo más posible a la comunicación cara a cara.

En el plano pragmático, se observó una gran variedad en el uso de emoticonos emojis, a través de los cuales los usuarios comunican sus estados de ánimo, transmiten ideas, sentimientos y emociones.

Ante la carencia de un lenguaje no verbal en el chat, se recurre a los emoticonos emojis como la estrategia textual más utilizada para compensar esta ausencia de información vocal y visual. Además, se utilizan de forma exagerada signos de interrogación y exclamación para dar mayor énfasis y expresar intensidad, y solamente se colocan al final de una intervención. En este sentido, el estudio sugiere que la escritura del lenguaje chat, no solo intenta expresar pensamientos, sino que trata de mimetizar cada uno de los comportamientos que se dan en una conversación cotidiana.

La población analizada: adolescentes y adultos de nivel secundario
El estudio se realizó sobre una población de estudiantes de nivel medio en la ciudad de Córdoba perteneciente a dos segmentos: por un lado, asistentes a un colegio de nivel medio para adultos; y por otro lado, adolescentes que cursan en un colegio secundario.
La muestra estuvo conformada por informantes de sexo masculino y femenino. Se tuvieron en cuenta dos franjas etáreas: adultos de entre 25 y 30 años, y adolescentes de entre 12 y 17 años.
Para la obtención de datos, se les pidió a los informantes –que usaban diariamente WhatsApp– el aporte de fragmentos de textos originados desde sus propios teléfonos móviles a través de la opción “captura de pantalla”, durante las conversaciones que mantienen con sus contactos.
Mediante la recopilación sistemática de las capturas de pantallas, se analizaron, por una parte, los usos de actos de habla en el nivel pragmático y, por otra, las marcas lingüísticas identificadas del ciberlenguaje en los niveles léxico-semántico, morfosintáctico, fonético-fonológico y gráfico-pragmático.
Sobre el estudio
Trabajo final de la Licenciatura en Lengua y Literatura Castellanas. Facultad de Lenguas. Universidad Nacional de Córdoba.
Título | WhatsApp, la oralización del texto
Integrante | Karina Vanzo
 Directora | Ana María Bocca
El humor cordobés en el WhatsApp

El humor cordobés en el WhatsApp

Este proyecto está vinculado con la tesis de Karina Vanzo, porque se trabajarán sus aportes como marco teórico. La iniciativa se propone generar un estudio lingüístico que abarcará distintos campos (morfosintáctico, semántico, léxico, etcétera) y cuyos resultados serán compartidos en un foro a realizarse el 1 de octubre de 2018.

En el proyecto intervienen dos cátedras de la Facultad de Lenguas de la UNC: Sintaxis del texto español y Gramática del texto español.

“El humor es un rasgo fundamental en la vida cordobesa, y ha sido siempre un remedio contra los problemas económicos, políticos y sociales. Este humor se basa en la observación permanente de lo cotidiano, y se provee de comparaciones y cuentos cortos e ingeniosos originados en la periferia del centro citadino, en los barrios populares. A través de este humor, el cordobés disipa las tristezas y las dificultades de la vida”, comenta Ana María Bocca, docente de la Facultad de Lenguas de UNC y una de las directoras del proyecto.

Por su parte, Ana María Aréa, docente de la misma unidad académica y codirectora de la iniciativa, expresa: “Esta manifestación cultural es informal, directa, efectiva y exquisitamente popular, de corte callejero y alto contenido moral, además de ser una forma de expresión de protesta de los sectores más postergados de la sociedad”.

Según los lineamientos principales del proyecto, la comunicación que se realiza a través del sistema de mensajería digital WhatsApp, ha posibilitado el contacto de manera instantánea, enfatizando la celeridad en el envío de información, y constituye un medio apto en el cual el humor cordobés puede desplegar todas sus características, entre ellas:

Rápido y ocurrente | Para el cordobés, todo es una oportunidad para hacer un chiste: un cartel, un folleto o hasta un vidrio sucio.
Personajes recurrentes | A quienes siempre les atribuimos los eventos desafortunados: El “chupao” (el borracho), el “pata e lana” (el amante) o el genérico “nero cordooobé” (básicamente, cualquiera).
Comparación | El cordobés se sirve de tantas opciones como su retórica le permita. El arte de la comparación es una de sus favoritas: “Fino como canapé de polenta”; “Más falso que besito de suegra”.
 Anagramas y juegos de palabras | Para el cordobés, cada palabra, cada sílaba y cada una de sus letras son una oportunidad para hacer un chiste. Nos encantan los juegos de palabras, deformarlas y reformularlas.
 Exageración | Al cordobés no le pasa simplemente “algo”; el cordobés vive una aventura épica. Esto se traduce en cuántos aumentativos le permita el idioma para contar la anécdota, y más también: el cordobés no cuenta un chiste, cuenta un “chistazo”; no relata una novela, relata un “novelón”.

Fecha de publicación: 9 mayo, 2018