Guillermo Calvo: “No podemos darnos el lujo de tener otra crisis, porque entonces se perderá totalmente la fe en el capitalismo”

El prestigioso economista inauguró la 50ª Jornada Internacional de Finanzas Públicas, organizada por la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC. En su visita, fue distinguido con el Doctorado Honoris Causa de esta casa de estudios. [29.09.2017]

Reconocido mundialmente por haber anticipado el “efecto tequila” –originado en México en 1994 y que afectó otras economías, incluida la argentina­–, Guillermo Calvo, actualmente radicado en Estados Unidos, dialogó con UNCiencia acerca del complejo panorama de las finanzas mundiales pos 2008 y la economía de nuestro país en ese contexto.

¿Cuánto afectan los problemas de la economía mundial a Argentina?

A diferencia de lo que sucedía hace muchos años, cuando estudié aquí, hoy, para hablar sobre el futuro de la economía argentina tengo que referirme a China, a si Estados Unidos subirá o no las tasas de interés, etcétera. Antes nos concentrábamos básicamente en la economía nacional. Eso, más un poco de teoría, era casi todo lo que uno necesitaba saber. Pero ahora dependemos mucho de lo que pasa en el resto del mundo. Y el resto del mundo está en una situación muy compleja.

En este sentido, ¿cuál es su diagnóstico sobre el estado de la economía mundial?

Hay mucha confusión, y la razón es que venimos de una crisis que no esperábamos tener. Las crisis que atravesaron recientemente Europa y Estados Unidos se parecen mucho a las que tuvimos nosotros en los 80 y 90, y que, de vez en cuando, volvemos a tener. Se pensaba que estas crisis eran un problema de los países emergentes, pero la mala noticia es que lo son también de los países desarrollados. Y que ellos no estaban preparados para enfrentarlas.

A nivel mundial, se ha manejado la situación sin una guía de ruta. Y creo que estamos todavía en esa situación; no sabemos muy bien, se hacen las cosas muy tentativamente. Los bancos centrales se mueven de manera cautelosa, no como reflejo de ideas profundas, sino como lo que sucede cuando alguien se tropieza y empieza a temer que tal vez le ocurra nuevamente. No están reaccionando a algo que realmente entienden, sino que es su propio temor a dar un paso con la rapidez y seguridad que tenían antes, porque han perdido el ancla que da el conocimiento profundo de la situación.

¿Cuáles son los motivos que generaron este problema?

Sintéticamente, la economía depende, en gran medida, de cuán bien funcione su sistema de pagos. Si eso no funciona, por ejemplo, no se puede ir al negocio de la esquina y comprar un sándwich, porque no se tiene el medio para pagarlo. Es lo que sucedió en la crisis del 2008, y ahora más o menos lo hemos ido superando. Pero seguimos en esa situación: no tenemos un sistema de pagos confiable, entonces existe el temor de que eso falle. Ese es básicamente el problema que estamos enfrentando y que creíamos que no existía.

¿A qué obedece esta fragilidad económica mundial?

No se sabe bien. Pero, después de que falló, ¿qué se le hizo al sistema financiero internacional? Se le pusieron más restricciones. Lo que sucede es que ahora tenemos un sistema tan restringido que no presta. Como no presta, no hay inversión; como no hay inversión, no hay crecimiento y hay desempleo. En esa situación estamos.

Entonces viene (Donald) Trump (presidente de los Estados Unidos), y quiere sacar las restricciones, pero él es probablemente el que menos sabe sobre esto. La gente que conoce un poco más del tema dice: “Cuidado, no las quiten porque vamos a volver a tener el mismo problema”. No nos podemos dar el lujo de tener otra crisis, porque entonces se perderá totalmente la fe en el capitalismo y, si eso sucede, qué pasará con el cambio, cómo se exportará, cómo se importará, dónde estarán los instrumentos.

¿En este contexto, cuáles son los principales retos a futuro?

Somos un país muy chiquito, muy dependiente de la situación mundial. Tenemos nuestros problemas, pero cuando los términos de intercambio fueron bien, como pasó hace no mucho tiempo, la economía argentina estaba creciendo fuertemente. Luego empeoraron los términos de intercambio y la economía se empezó a hundir. Si uno mira históricamente, no solo Argentina, sino todos los países emergentes, dependen mucho del resto del mundo. Eso es algo que hay que tener en cuenta, y aprender que en épocas de bonanza se debe ahorrar para épocas de vacas flacas.

¿Cuál sería la receta para alcanzar ciertos grados de autonomía?, ¿fomentar la industria nacional, por ejemplo?

Eso es muy difícil. Siguen válidos los principios de ventaja comparativa: yo tengo que hacer lo que sé hacer.

¿Cómo se traduce esto en Argentina?

No ir en contra, por ejemplo, del campo o de la minería. Por supuesto, también está el problema de distribución del ingreso, pero hay que hacerlo bien. Los economistas son conscientes de ello, distribución del ingreso es una cosa, eficiencia es otra. Uno quisiera ser eficiente para ganar lo más posible en términos de país, y luego distribuirlo para evitar las injusticias. El problema, cuando uno quiere distribuir de cualquier manera, es que puede arruinar la eficiencia, y entonces no llega ni a una cosa ni a la otra: son todos pobres, hay huida de cerebros y otras cosas, que conocemos y no son buenas. Es un problema muy serio que enfrenta la Argentina. Pero lo peor sería decir “cerrémonos, porque tenemos una ventaja comparativa muy importante”. Queremos hacer industria, no hay problema, pero eduquemos a la gente para hacerla. Hacer mala industria no va a mejorar el bienestar de los argentinos. Y lo peor es que se va a ir la mejor gente. Además, tenemos un sistema impositivo muy malo.

Honoris Causa de la UNC
El miércoles 20 de septiembre Guillermo Calvo recibió la distinción de Doctor Honoris Causa de parte de la Universidad Nacional de Córdoba, en un acto que tuvo lugar en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas, y que contó con la presencia de autoridades, académicos y estudiantes universitarios.
En esa oportunidad, y ante un concurrido público, pronunció la conferencia titulada “Diagnóstico y retos de la economía mundial”, que inauguró la 50ª Jornada Internacional de Finanzas Públicas.
Perfil
Guillermo Calvo está considerado uno de los economistas argentinos contemporáneos más prestigiosos. Tuvo una intervención resonante cuando anticipó –en un paper publicado en 1993 y contra lo que sostenía la opinión especializada internacional– el denominado “efecto tequila”, originado en México en el año 1994 y que se propagaría a otras importantes economías, incluida la argentina.
En el mismo sentido, fue pionero en la incorporación de factores externos al análisis de las economías emergentes. Sus investigaciones ayudaron a comprender factores que la macroeconomía convencional no había incorporado al entendimiento de la crisis de las hipotecas subprime de 2008. Posee una extensa trayectoria académica, con más de un centenar de trabajos publicados.
Su aporte en materia de investigación ha sido mundialmente reconocido. Ha recibido numerosas menciones y premios, y sus trabajos son habitualmente citados como bibliografía de referencia sobre política económica.
En la actualidad, Calvo se desempeña como profesor de la Universidad de Columbia, Nueva York, Estados Unidos.