Cada 21 de septiembre, medio mundo –más precisamente la mitad que está al sur del ecuador– festeja la llegada de la primavera, la estación de las flores y de los amores de juventud. Sin embargo, este año quienes hayan realizado el tradicional picnic el 21 de septiembre se habrán adelantado un día en sus festejos. [22.09.2016]

Esto se debe a que el calendario civil de 2016, que decreta el comienzo de la primavera el 21 de septiembre, no coincide con el calendario que fija las efemérides astronómicas, según el cual el “Equinoccio de Septiembre” está previsto el 22 de septiembre, a las 14:21 horas UTC (Tiempo Universal Coordinado), que corresponde a las 11:21 hora oficial de Argentina.

Tradicionalmente se dice que el equinoccio es el momento del año en que el día tiene la misma duración que la noche en todos los lugares de la Tierra y eso significa precisamente el vocablo equinoccio (equi=igual, noccio=noche).

Este instante ocurre dos veces al año: en marzo y septiembre. Para comprenderlo mejor, los especialistas olvidan por un momento que la Tierra se mueve en torno al sol y suponen que es el “astro rey” quien gira en torno a nuestro planeta, como sostenían en la Antigua Grecia. Los movimientos son siempre relativos y por ello, para estas cuestiones, tal suposición no implica error alguno.

En el equinoccio, el sol –que se desplaza durante el año por el plano de la eclíptica– atraviesa el plano del ecuador terrestre. De este modo, el sol se encuentra en dos planos a la vez, el de la eclíptica y el del ecuador en ese momento. Entre sí, estos dos planos inclinados forman un ángulo conocido como “oblicuidad de la eclíptica” y que define una línea recta designada como “línea de equinoccios”. Una de sus consecuencias es que en ese momento los rayos de luz solar son perpendiculares al eje de la Tierra.

En el hemisferio norte, el momento es denominado “Equinoccio de Otoño” y marca el paso del verano al otoño, mientras que el hemisferio sur se lo conoce como “Equinoccio de Primavera” y marca el paso del invierno a la primavera.

Dado que el sol no tarda 365 días exactos en pasar dos veces por el mismo equinoccio, período que se conoce como “año trópico”, el momento del inicio de cada primavera cambia entre un año calendario y el siguiente.

Sucede que el sistema dinámico Tierra-sol tiene sus complejidades, que determinan que la duración del año trópico no sea de un número entero de días, sino de 365 días y una fracción equivalente a 0,2422 veces la duración de un día (es decir 5 horas 48 minutos y 46 segundos). Precisamente, es la misma causa que obligó a introducir el año bisiesto cada cuatro años (con algunas excepciones).

Sin contrariar todo lo dicho, cabe aclarar que no es misión de los científicos amargar festejos, sino embellecer y perfeccionar la vida del hombre con mejores conocimientos. De modo que para todos los lectores, a los jóvenes especialmente, feliz comienzo de la primavera.

Fecha de publicación: 22 septiembre, 2016