Los cordobeses, todavía con altos niveles de prejuicio hacia las personas trans

Así lo indica un estudio inédito en el país que busca comprender cómo se estructura el rechazo hacia esta minoría. El trabajo es una tesis de grado en Psicología, en cuyo marco se diseñó un instrumento de medición para conocer el sesgo de actitudes negativas y discriminatorias. Varones, de edad avanzada, escaso nivel socioeconómico, fuertemente religiosos y conservadores, constituyen el perfil típicamente hostil. [06.05.2015]

Por Candela Ahumada
Redacción UNCiencia
Prosecretaría de Comunicación Institucional – UNC
candela.ahumada@unc.edu.ar

A casi tres años de que el Congreso Nacional aprobara la Ley de Identidad de Género (Nº 26.743, el 9 de mayo de 2012), y a cinco de la Ley de Matrimonio Igualitario (Nº 26.618, 15 de julio de 2010), poco parecen haberse modificado las actitudes de prejuicio y discriminación sexual de los argentinos.

De acuerdo al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), el 64% de las personas considera que en nuestro país se discrimina mucho o bastante al colectivo LGBTTTIQ (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgéneros, transexuales, intersexuales y queer). Incluso, un porcentaje significativo (27%) aún asocia la homosexualidad con una enfermedad.

El reconocimiento de derechos a las minorías sexuales avanzó un nuevo escalón hace pocas semanas, cuando la Justicia otorgó, por primera vez en Argentina, la adopción plena de dos niños a una mamá trans. Ocurrió en el pequeño pueblo de Santa Catalina de Holmberg, cercano a la ciudad de Río Cuarto, en Córdoba.

Pero los avances conseguidos en el plano legal no se traducen necesariamente en reconocimiento y aceptación social.

Un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) encontró un elevado nivel de rechazo explícito hacia las personas trans (travestis, transexuales y transgéneros), quienes rompen con la concepción binaria de género dominante, que distingue solo entre dos tipos de personas sexuadas: varones y mujeres (ver Diccionario sobre diversidad sexual). “Por ello, están expuestos sistemáticamente a diversas formas de hostigamiento, persecución, exclusión y otras formas de violencia”, señala Hugo Rabbia, director del estudio y becario posdoctoral del Conicet.

Prejuicio hacia las personas trans

Prejuicio hacia las personas trans

Fuente: Páez, Hevia, Pesci y Rabbia. Publicado en 2015

De acuerdo a los resultados, más del 56% de los cordobeses tiene un nivel de prejuicio medio-alto y alto hacia las personas trans. Rabbia subraya que se indagaron específicamente niveles de prejuicio explícito. “Es preocupante el grado de intolerancia entre los cordobeses si se tiene en cuenta que el estudio refleja expresiones explícitas de rechazo en la población, del tipo ‘los trans no deben dar clases en las escuelas’, o ‘se les debe prohibir adoptar hijos’. Si midiéramos las actitudes implícitas, seguramente el porcentaje sería mucho mayor”, señala.

Las conclusiones forman parte de la tesis de grado que José Páez y Guillermo Erwin realizaron en el marco del Equipo de Psicología Política de la Facultad de Psicología de la UNC. El trabajo ofrece un modelo explicativo de cómo se estructura el prejuicio hacia estas minorías, teniendo en cuenta distintas variables (sociodemográficas y otras, como intensidad de religiosidad, autoritarismo y sexismo). Para ello, se aplicó un cuestionario a 410 personas residentes en la ciudad de Córdoba, y se elaboró una escala de medición propia que permitió conocer cuán intolerantes son los cordobeses.

Según los resultados, las personas con menor nivel socioeconómico y educativo (74%), así como las de mayor edad, presentan actitudes más negativas. Además, los varones son más discriminadores que las mujeres.

Sexistas, religiosos y autoritarios

Para los especialistas, en los últimos años se viene observando que muchas personas ya no expresan tan abiertamente sus prejuicios, cualquiera sea el tipo (sexual, religioso, étnico, etcétera). “En un contexto donde se impone cada vez más un discurso de lo políticamente correcto, el prejuicio hacia las minorías ha ido mutando: deja de ser puramente manifiesto y empieza a transformarse en sutil o implícito. Algunos lo denominan también prejuicio positivo o benevolente”, explican Páez y Erwin.

Percepción sobre el nivel de discriminación hacia personas LGBTTTIQ

Percepción sobre el nivel de discriminación hacia personas LGBTTTIQ

Fuente: Inadi, 2013

Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se piensa a la mujer en términos de su rol materno, su sensibilidad particular o de una supuesta ética del cuidado. “Lo que parece algo muy positivo a primera vista, en realidad está escondiendo un prejuicio: el de la subordinación de la mujer al hombre”, grafican.

Precisamente, los resultados indican que quienes tienen un nivel de sexismo elevado (sutil o manifiesto), entendido como la asignación de roles de género estereotipados, son más hostiles hacia el grupo trans. Otro tanto ocurre con las personas que son más religiosas –cualquiera sea su culto– y autoritarias, ya que tienden a mantener las tradiciones sociales y el conservadurismo.

Sobre este punto, Rabbia comenta que se viene registrando una transformación en el vínculo que los cordobeses tienen con la religión, incluyendo una creciente desidentificación religiosa de las personas que fueron criadas como católicas y que hoy no se identifican con ningún credo. “Quizás eso impacte a futuro en los estudios o abordajes vinculados al prejuicio social”, pronostica.

De las conclusiones también surge que aquellos con mayor inclinación hacia la dominancia social, es decir, a sostener jerarquías sociales asociadas a los valores del propio grupo, presentan niveles de actitudes negativas más elevados. Ello debido a que, desde su perspectiva, los “trans” representarían una amenaza a dichos valores.

Por último, se evaluó el grado de prejuicio hacia los gays y lesbianas bajo el supuesto de que, aquellos que tienen actitudes de rechazo hacia estos últimos, tienden a transferirlas también hacia las personas trans (hipótesis de transferencia). En efecto, no solo se comprobó dicho ejercicio de transferencia sino que, comparativamente, la discriminación es aun mayor hacia las personas trans.

En opinión de los investigadores, pese a algunos avances, Córdoba continúa siendo “una sociedad muy conservadora en aspectos vinculados a lo sexual y al género”. Y remarcan que “al ciudadano común todavía le cuesta mucho incorporar y diferenciar las nociones de sexo, deseo y género”. Así, un número muy importante de las personas encuestadas (44%) confunde la transexualidad con la homosexualidad.

Escala de Actitudes Negativas hacia Personas Trans

Prejuicio hacia las personas trans

Nota: contempla solo participantes auto identificados como heterosexuales
Sobre el estudio
Estudio. Tesis de grado. Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (2014).

Muestra.  Incluyó a 410 personas (198 varones y 212 mujeres) residentes en la ciudad de Córdoba, de 18 a 65 años de edad, 387 de ellas autoidentificadas como heterosexuales. Fueron seleccionadas a través de un muestreo no aleatorio estratificado por cuotas de edad, sexo y nivel socioeconómico. 

Instrumentos. Se diseñó una Escala de Actitudes Negativas hacia Personas Trans (EANPT), cuestionario que consta de nueve ítems que indagan el prejuicio manifiesto hacia las personas trans.
La Escala fue confeccionada en un primer estudio y aplicada a una población de 203 personas, con el fin de testear los ítems más significativos. Luego, se reutilizó en un segundo estudio y se aplicó a una muestra cuotificada de población general (410 sujetos), junto con otros instrumentos que sondearon diferentes variables (religiosidad, autoritarismo, sexismo ambivalente, orientación a la dominancia social y variables sociodemográficas, entre otras).

Inédito. Al momento de realizar el estudio no se registraron antecedentes a nivel nacional que midan las actitudes negativas de la población hacia personas trans.

Integrantes: José Páez, Guillermo Hevia y Florencia Pesci (tesistas); Hugo Rabbia (director).

Diccionario sobre diversidad sexual

Orientación sexual. Es la atracción estable –sexual, erótica o afectiva– por hombres, mujeres o ambos géneros. Según esta atracción se dirija a personas de un género diferente o igual al propio, se habla de heterosexualidad y homosexualidad respectivamente; si el deseo de una persona, en cambio, incluye a ambos géneros, su orientación es bisexual.
Identidad de género. Percepción que una persona tiene de su propio género, como hombre o mujer, más allá del sexo biológico que le haya sido asignado al momento de nacer.
LGTBI. Iniciales que designan a las personas lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersex, y que identifican al movimiento de la diversidad sexual.
Trans o transgénero(s). Personas travestis, transexuales y transgéneros. Expresan el conjunto de las identidades de las personas que sienten una identidad de género diferente del sexo asignado al nacer. Puede haber mujeres trans y hombres trans. En algunos casos, sus identidades no se corresponden con los géneros masculino y femenino expresados o percibidos en los términos convencionales. Estas identidades no presuponen una orientación sexual determinada: puede haber trans homosexuales, lesbianas, etc., según cómo se vincule la orientación de su deseo sexual con su identidad de género autopercibida.
Travesti. Personas a las que al nacer se les asignó el género masculino pero que perciben y manifiestan su identidad de género a través de expresiones de feminidad que pueden incluir modificaciones corporales a través de un tratamiento hormonal, prótesis, siliconas, pero en general sin readecuación genital quirúrgica.
Transexual. Al igual que el término anterior, designa a las personas que al nacer se les asignó un sexo que no coincide con el género con el cual se identifican, autoperciben y expresan, pero además de ello suele remitir a la construcción corporal de su identidad y expresión de género (ya sea femenina o masculina) a través de tratamientos hormonales y/o quirúrgicos.
Fuente: Buenas Prácticas de la Comunicación Pública. Inadi.2011.

Ley de Matrimonio Igualitario, más aceptada

“Con anterioridad, prevalecían las posiciones negativas; durante la aprobación, hubo una fuerte polarización social; mientras que, posteriormente, la mayoría (57%) se mostró a favor de la ley. Quiere decir que la aceptación de la ley fue creciendo y que el reconocimiento legal impactó en el reconocimiento social”, razona.

¿Qué ocurrió con la Ley de Identidad de Género? La normativa garantiza a las personas rectificar el registro de su sexo, cambiar su nombre de pila e imagen y acceder a intervenciones quirúrgicas o tratamientos hormonales para adecuar su corporalidad a su identidad de género autopercibida. “Hay un núcleo duro que se mantiene estable”, apunta Rabbia. Y agrega que los estudios sobre prejuicio señalan que, cuando alguien tiene una relación de cercanía con algún miembro de una minoría, tiende a disminuir sus actitudes negativas. “Si sos homófobo y te hacés amigo de una persona que se autoidentifica como gay, es probable que baje tu grado de rechazo”, ejemplifica.

Paradójicamente, en Córdoba, quienes manifiestan conocer o tener un allegado “trans”, no presentan niveles de descenso de discriminación.

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