El día internacional del inventor y la mujer más hermosa del cine

La relación entre Hollywood y los grandes tecnólogos e inventores no se limita a las películas sobre Thomas A. Edison o Nikola Tesla. Para probarlo, basta ahondar en una curiosa historia donde se entrecruzan el glamur cinematográfico con la ingeniería armamentista. [12.11.2014]

Por Mariano Nicotra1 y Guillermo Goldes2
1- Profesor – Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
2 – Divulgador científico y Profesor – FaMAF

Hedwig Eva Marie Kiesler nació en Viena (Austria) el 9 de noviembre de 1914 y falleció en Estados Unidos en el 2000. Brillante ingeniera, fue la pionera de la técnica de “modulación de señales por salto en frecuencias”, el sistema precursor del wifi y de otros que se utilizan profusamente en las comunicaciones digitales actuales. Al cumplirse el centenario de su nacimiento, se conmemora el día internacional del inventor.

Casada en primeras nupcias y contra su voluntad con Fritz Mandl –el empresario armamentista que hizo construir un notable castillo en La Cumbre, una localidad en el interior de Córdoba–, la joven asistió a su esposo en reuniones donde se discutía sobre armamento sofisticado. Era el período de entreguerras, la Alemania nazi se preparaba para lanzarse a la conquista de Europa y los Mandl-Kiesler colaboraban aun siendo judíos practicantes. Pero la atmósfera bélica y antisemita la impulsó a escapar de Alemania hacia Norteamérica.

Un reinado en el celuloide

Hedy Lamarr fue una famosa actriz de Hollywood. Poseía una belleza impactante y una inteligencia especial, la receta perfecta para triunfar en la meca de las películas.  Fue conocida como “la mujer más hermosa de la historia del cine”. Encarnó a Dalila en la taquillera película sobre la historia de Sansón que dirigió Cecil B. De Mille en 1949. Años antes, se había vinculado con uno de los popes de la industria cinematográfica: Louis Mayer, de MGM. Previamente había protagonizado un comercial que incluía el primer desnudo femenino, un papel que le traería muchos dolores de cabeza.

Lo notable es que Hedy Lamarr y Hedwig Kiesler eran la misma persona. Había adoptado aquel seudónimo al radicarse en Estados Unidos. En los años de su madurez, alternaría entre la actuación y el diseño de electrónica para armas, esta vez del lado de los Aliados.

Hedy Lamarr en Tortilla Flat

Póster del film “Tortilla flat” (1942)

Durante la II Guerra Mundial, en su tiempo libre fuera de los estudios de filmación, trabajaba en el diseño de un sistema de guiado por radio para torpedos. Su idea era que esos proyectiles pudieran burlar las defensas alemanas. Para ello era necesario que la señal de radio que los guiaba cambiara de frecuencia siguiendo un patrón codificado. Solo el emisor que lo controlaba remotamente y el receptor automático a bordo del misil debían conocer ese patrón. De esa forma, el proyectil teleguiado no podría ser interceptado ni desviado por el enemigo.

Ese fue el origen del “salto en frecuencias”, la onda portadora no tiene una frecuencia fija sino que opera sobre una banda ensanchada de frecuencias. La señal se “desparrama” sobre esta banda, haciendo casi imposible descifrarla o interferirla.

Kiesler y George Antheil, uno de sus seis maridos, desarrollaron y patentaron un sistema capaz de codificar las señales de radio por salto de frecuencias. El número de la patente era 2.292.387 y su título“Sistema de comunicaciones secreto”.

Sin embargo, la armada norteamericana no tuvo la confianza suficiente en el desarrollo y no lo aplicó. Recién en la década de 1950, con el auge de la electrónica, la Compañía Electrónica Sylvania retomó la idea de Kiesler y comenzó su aplicación militar. Fue utilizada por primera vez en un sistema de boyas inteligentes en el bloqueo naval a Cuba y posteriormente en el conflicto bélico de Vietnam.

Con el advenimiento de la era digital comenzaron los usos civiles en telefonía celular, en los enlaces de datos punto a punto y en el wifi. Sucede que aquello capaz de evitar que una señal fuera descubierta por el enemigo también serviría para recibir múltiples señales de diferentes emisoras no permanentes sino de corta duración.

Precisamente es lo que requiere la telefonía celular: multitud de emisores y receptores vinculados por períodos breves, sin mezclar las señales. De allí que desde sus albores, tanto los celulares como los sistemas inalámbricos de transmisión de datos (wifi o bluetooth) hayan recurrido a variantes de esta técnica.

Lo cierto es que al culminar su carrera artística, Hedwig Kiesler o Hedy Lamarr, como prefiera recordársela, cayó en el olvido. Todo en ella parece sorprendente y fuera de lo común: vida cinematográfica, belleza física, arrojo, inteligencia y creatividad a la hora de innovar sobre tecnologías de las telecomunicaciones. Un personaje singular en la historia de la tecnología y una mujer fatal que brilló desde el firmamento de la fábrica de ilusiones.